Fabián Medina
30 de mayo de 1984. Un cayuco cargado con periodistas sube sobre el río San Juan hasta un caserío llamado La Penca, a la mera orilla del río, del lado nicaragüense. En la frontera con Costa Rica. Cámaras, micrófonos y periodistas suben por los lodosos escalones que llevan hasta una cabaña donde los recibe afable el famoso Comandante Cero, Edén Pastora. Casi anochece.
Pastora dirige desde Costa Rica las fuerzas contrarrevolucionarias que combaten al gobierno sandinista que gobierna Nicaragua y con esa conferencia pretende demostrar que está en territorio nicaragüense. Pronto el lugar se convertiría en un infierno. Un agente de la Inteligencia sandinista infiltrado como fotógrafo del periodista sueco Peter Torbiörnsson, hace estallar una bomba que aparentemente pretende matar a Pastora, pero que finalmente mata a siete personas, entre ellas tres periodistas. El crimen se le achaca a la Agencia de Inteligencia Americana (CIA), pero Torbiörnsson, aunque quiere creer esa versión, sabe otras cosas que el grupo de periodistas desconoce y que ahora, 27 años después, revela completas en una película que es a la vez su propio “mea culpa” y una acusación contra quienes organizaron, ejecutaron y encubrieron este crimen.
:::¿Cuál fue su primer contacto con Nicaragua?
Yo pasé por Nicaragua en el 71. Hice un viaje en carro para Chile con mi esposa y un hijo. Pasamos sin notarlo tanto. Después me fui a Suecia para trabajar unos años y entendí que algo iba a pasar en Nicaragua y vine acá por la radio Sueca e hice contacto con (Jaime) Wheelock y gente de la clandestinidad aquí, y me impresionó mucho porque vi que algo iba a estallar rápidamente. Creo que estos artículos que escribí aquí en el 78 fue lo que despertó el interés en Suecia por Nicaragua y lo que hizo que la ayuda sueca llegara tan temprano después de la insurrección. Claro, tenía yo una visión romántica de esa insurrección. El 4 de junio estaba de vuelta acá cuando comenzaba la insurrección. Había el lado bueno y el lado malo…
:::¿Qué significó ese enamoramiento de la revolución?
Era una buena historia. Me entusiasmé mucho, no quisiera decir enamoramiento.
:::¿Encontraba debidamente justificada la violencia que provoca una revolución?
Sí, claro.
:::¿Cómo surgió La Penca?
Estoy filmando en el río San Juan y me llaman que quieren que llegue a Managua y llego una noche. Me llevan a una casa secreta y encuentro a un comandante de dos estrellas. Y yo no pregunto cómo se llama, pero son unos contactos que antes me han ayudado a hacer cosas. Él me pregunta si yo quiero ayudar a un fotógrafo danés. Y me pareció una mala idea, porque yo pienso como periodista y si él quiere contactos, mejor hacerlos como hago yo, buscándolos. El tipo parece como que anda afetaminado, flaco, parece más chileno que nicaragüense y se pone enojado. Al final de este diálogo es difícil decir no. Para mí fue difícil y ese fue mi pecado mortal. No pude decir no categóricamente. Yo no pienso en bombas o catástrofes o algo así, pero hay algo que me parece raro. Y entonces le digo a este tipo que si llega a Costa Rica, claro que podemos trabajar juntos, como se hace mucho en la guerra. Y un día llega el fotógrafo danés. Yo entiendo que no es danés, yo entiendo que es un tipo mandado por el Gobierno y no me conviene saber más que esto.
:::Pero sí sabe que es espía.
Sí, sí. Y que puede ser periodista también, pero que su misión es informar a los sandinistas lo que ve. No me pareció un hombre muy brillante. Bastante mediocre, pero con entrenamiento militar en su manera de moverse. Y no es un buen fotógrafo porque insiste en un encuentro con Pastora, y para un fotógrafo no tiene nada de interesante una cara fotografiada cien veces. No entiendo esa obsesión con Pastora.
:::¿Eran muy fáciles los encuentros con Pastora?
Duración: 90 minutos
Director: Peter Torbiörnsson
Guión: Peter Torbiörnsson
Producción: Eden Film, Estudi Playtime
Productor: Staffan Julén, Marta Andreu
Montaje: Göran Gester
Director de fotografía: Iván Blanco
Sinopsis: Una película acerca de la culpa y de ideologías manchadas de sangre. Explota una bomba durante una rueda de prensa en la selva entre Nicaragua y Costa Rica, matando e hiriendo a más de veinte periodistas. Ha pasado el tiempo; el periodista sueco Peter Torbiörnsson intenta desnudar la mano detrás de este atentado terrorista y acaba descubriendo que sus antiguos amigos son los que segaron la vida de sus colegas. Un viaje por un paisaje de revoluciones perdidas y sueños desvanecidos.
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En ese momento no, por suerte mía. Porque Pastora había sido criticado por los ticos de aparecer demasiado en Costa Rica y Costa Rica no quería problemas con el Gobierno de Nicaragua, entonces él tenía que esconderse. La conferencia de prensa era para que él diera la cara en el lado nicaragüense, quitando un poco el peso al gobierno tico de que se estaba organizando una invasión en territorio nicaragüense. La conferencia se dio. Y él puso la bomba.
:::Ahora usted presenta en un documental su interpretación de todos esos hechos. Parece un mea culpa…
Sí, sí.
:::¿Por qué?
Si tú llevas a un ser extraño, ajeno a tu familia, y algo terrible pasa a tus hijos por intermedio de esa persona, tú vas a sentir culpa. Aquí había colegas periodistas, había un lugar sagrado que es una conferencia de prensa y alguien puso una bomba ahí. En el momento que despierto de la inconsciencia tenía mi sospecha que podía ser el fotógrafo. Si yo no digo la verdad, también yo soy culpable.
:::¿La verdad lo libera de culpa?
Sí. Sí, tanto del ser humano como del periodista.
Pero usted estaba participando conscientemente, tal vez no en la puesta de la bomba, pero sí en la infiltración de un espía que iba a sacar información que sería usada en una guerra. Sí, sí. Conscientemente sí. No debí haber hecho eso. Pero no pensé en eso. Para mí los sandinistas eran puros. Era demasiado inocente para llegar a la situación en la cual estuve.
:::Con todo lo que sabe ahora, ¿usted diría que el objetivo era matar a Pastora?
Yo no sé cuál era el objetivo todavía. (Jorge) Masetti es muy inteligente y él cree que era tan elaborado que el resultado final que se dio, es decir echar la culpa a la CIA, también era la idea inicial. Yo no creo eso. Matar a Pastora en esa situación era contraproducente para los sandinistas. Él hacía un servicio a la revolución, porque dividía a las fuerzas contrarrevolucionarias. Pero yo puedo ver otras razones más que las meramente políticas, por la obsesión de matar a Pastora. Una rivalidad con Borge o algo así…
:::¿Pastora es solo víctima en esto?
Sí.
:::Pastora, en lugar de acuerparlo en la investigación más bien parece ofendido.
Con Pastora somos compañeros y así fue durante bastante tiempo. (Ahora) Él está entrando en colaboración con la gente que planificó este atentado y Pastora se encerró conmigo por espacio de unas dos horas, sin filmar, y me amenazó que si yo hago esto sobre La Penca también me van a echar la culpa a mí. Cambió la relación de Pastora conmigo. Pastora es quien realmente tiene la obligación moral y ética de investigar el atentado, porque nosotros éramos huéspedes de su conferencia de prensa y eso que él dice que es un cruce de intereses entre la CIA y los sandinistas no es cierto. Yo no veo ninguna intromisión de la CIA en este atentado. Lamentablemente, porque si no las cosas hubiesen sido mucho más fáciles. Es un acto criminal, tonto, loco, del Ministerio del Interior.
:::¿Esa actitud de Pastora ya se la esperaba o lo decepcionó?
La realidad de Nicaragua me ha decepcionado. Como político Pastora no ha sido muy prominente. Como hombre lógico nunca ha sido muy prominente. Pero como una estrella de futbol, como un hombre enamorado de sí mismo, siempre ha sido muy prominente. Y el cambio de piel en Pastora ha sido una cosa muy acentuada.
:::¿A quiénes acusa?
El responsable directo es Renán Montero. Está muerto. Pero lo que dice Carrión, aunque solo sea una idea de Renán Montero, que el Ministerio del Interior lo supo, en la Quinta, unos días después hace responsable a Tomás Borge y Lenín Cerda.
:::¿Usted acusa a Tomás Borge?
Sí. Como hago en la película. Tomás Borge es quien tiene la obligación de contar cómo fue y asumir la responsabilidad. Era el ministro del Ministerio del Interior.
:::¿Cuál es la prueba que incrimina directamente al Ministerio del Interior?
La declaración de Massetti. Lo de Martín (seudónimo de Roberto Vital Gaguines), el papel, la confirmación de Carrión que es súper importante, porque él era viceministro del Interior y la evidencia mía. Yo soy el testigo crucial.
:::¿Cómo se llega a determinar que el fotógrafo infiltrado es quien pone la bomba?
Salió de su caja fotográfica y nadie lo toca. Esa es una prueba de la policía tica.
:::¿Él se puso a resguardo al momento de la explosión?
Él estaba afuera. Y se ve en un segundito (en el vídeo) cuando él sale justamente antes de que estallara la bomba.
:::¿Él salió ileso?
Sí. Después finge una herida.
:::¿Y usted cómo quedó?
Yo quedé un poco quemado, tengo algunas cicatrices de esquirlas. Estoy destrozado. La Susan (Susan Morgan, periodista de The Economistque estaba al frente recibió todo el impacto.
:::¿Qué pasó luego con usted?
Trabajé internamente, varios años después del atentado y tenía la confirmación de Daniel Ortega que fueron los sandinistas los que pusieron la bomba. Y sale en la película, en la primera parte. Yo tenía miedo en el 87 de que me fueran a matar porque yo era el testigo vivo, entonces hice una confesión a un compañero cineasta en Suecia. Me ofrecieron dar la versión total del atentado a fines del 89, pero después perdieron las elecciones y yo no pude volver a hablar con ellos.
:::¿Está dispuesto a llevar una acusación en un tribunal internacional por crímenes de lesa humanidad?
Claro. Es mi obligación. Claro. Porque no se pone una bomba en una conferencia de prensa.
:::¿A quiénes va a acusar?
A Lenín Cerna y Tomás Borge. Yo pensé que Daniel al tener conocimiento del involucramiento de un ministerio bajo su jefatura iba a ser quien iba a limpiar la casa. Si esto llega a un tribunal internacional, bienvenido sea, aunque me va a costar a mí mucha introspección.
:::¿Usted encaró a Tomás Borge?
Sí. Fue un momento deseado por mí. Lo difícil era hacerlo bien para que se registrara una realidad que es importante ver. Tenía que engañarlo, porque nunca me iba a dar una entrevista.
:::¿Qué le dejó ese momento?
Yo tengo una rabia terrible. ¿Dónde está la culpa? Esto realmente ha determinado mi vida. Este segundo cuando estalla la bomba y el sentido de culpa.
:::Tomás Borge lo echa de su casa.
Sí, y me acusa a mí. Mientras que él ha seguido mintiendo por 27 años. Él está mil veces más involucrado que yo.
:::¿Teme por su vida?
Yo no. Pero a mí alrededor temen mucho. Matarme es ahora contraproducente porque ya existe el documento. Yo tenía cierto miedo en algunos momentos de hacer este trabajo, pero para mí es tan importante que no me importa si me dan una bala o no. El honor es muy importante. Quizás es una herencia de los vikingos, porque hay una frase de los islandeses que dice así: “Ganado muere, seres humanos mueren, pero hay una cosa que nunca muere: el juicio sobre el hombre muerto”.