Managua/ACAN-EFE
El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dijo hoy que la Iglesia católica no callará ante los abusos e ilegalidades en Nicaragua, aunque los sacerdotes lo paguen con sus vidas. “Vamos a continuar denunciando todo lo que haya de injusticia, corrupción, ilegalidad y de violencia en esta sociedad, aunque nos cuesta la vida, aunque esto nos lleve a la muerte”, advirtió Báez en la homilía dominical celebrada hoy en la Catedral de Managua.
El religioso se refirió al asunto tras mencionar que esta semana vivieron “con profundo dolor el brutal asesinato” del sacerdote Marlon Ernesto Pupiro García, quien fue hallado muerto el día martes.
Exigió a la autoridades resolver con “la verdad y la justicia” la muerte de Pupiro, a quien calificó como un “sacerdote ejemplar, entregado y amado por su pueblo”.
Según Báez, tras ese crimen muchos fieles católicos le preguntaron a él y al arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, si seguirán ejerciendo el ministerio en “la misma línea”.
“El señor arzobispo y yo hemos contestado que si vamos a continuar, vamos a continuar siendo fieles al Señor, al Evangelio y a la Iglesia”, respondió hoy.
“Hay que exponer también el cuerpo por el Señor y el Evangelio, este es el precio que hay que pagar y lo que Jesús llama tomar la cruz”, agregó. Dijo que los nicaragüenses igualmente deben oponerse y denunciar los atropellos, aunque tengan miedo de perder privilegios o la vida misma.
“Ha llegado el momento en el que nos debemos tomar en serio el discipulado y tenemos que seguir a Jesús por el camino de la fidelidad a nuestra fe, aún a costa de nuestra propia vida”, afirmó.
Pupiro, de 40 años, párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de María del municipio de La Concepción de Masaya (sur), fue asesinado por asfixia el pasado fin de semana.
La Policía Nacional, que investiga el suceso, detuvo a siete personas vinculadas al crimen, incluyendo al principal sospechoso, Yásker Blandón Tórres.
Por su parte el obispo Abelardo Mata, denunció esta semana que varios sacerdotes han recibido amenazas de muerte, por lo que les pidieron no salir a altas horas de la noche.
Báez, aclaró que la Iglesia católica perdona a los autores del crimen y que no culpa a ningún sector por la muerte de Pupiro.
“No tengamos temor, la sangre del padre Marlon Pupiro clama al cielo, pero también es una sangre que está generando valentía”, sostuvo Báez.