En un siglo se da un promedio de cuatro generaciones o más; un indicador del desarrollo social es qué tan pujante suele ser la clase media, la cual desapareció en Nicaragua a raíz de la insurrección tribal de 1979.
Nicaragua llegó a exportar en 1978 US$$1,800 millones, mientras que en los ochenta, lo más que se exportó fue $$700 millones de dólares, en 1978 el ingreso per cápita del nicaragüense era de 1,100 dólares, mientras que el del costarricense era de 1,300 dólares; actualmente el nicaragüense tiene un per cápita de 1,000 dólares, y Costa rica de 5,500 dólares.
El crecimiento anual de Nicaragua es de 3.5 por ciento, mientras Costa Rica y Panamá andan por 6.5 por ciento y 7.5 por ciento respectivamente; en 1969 un médico general, ganaba en el Hospital del INSS, en Managua 1,000 dólares mensuales, mientras que un director de un instituto de secundaria andaba en 4,500 córdobas (642 dólares); un residente de Medicina Interna ganaba en el Hospital Oriental (Manolo Morales) 5,000 córdobas (714 dólares).
Con la insurrección, el maestro de primaria llegó a ganar 18 dólares mensuales y el médico especialista 21 dólares.
Lo cierto fue que, en la insurrección de 1979, los campesinos no participaron, ni las centrales sindicales obreras, tal a como lo concebía la tendencia proletaria, de corte trotskista-marxista; la insurrección se da como una reacción de atrincheramiento y sobrevivencia civil, ante el secuestro por elementos foráneos, en algunas ciudades, donde la GN reaccionaba con fuerza y plomo, victimizando a la población.
Bueno, ¿pero qué ha sucedido en estos 33 años? La sociedad se dividió, la diáspora no termina aún, los jóvenes profesionales siguen yéndose del país, ahora somos obreros en Costa Rica, EE. UU., etc., los profesionales pasaron a ser “obreros con título”, la clase media desapareció y la sociedad fue dividida en ricos y pobres.
Los pobres no tienen opción a ser clase media y los profesionales que logran graduarse están en la desocupación o en otros menesteres; según Unirse, el 79 por ciento de los nicaragüenses, vive con menos de 2 dólares diarios; la clase política de oposición no ha sido capaz de cohesionarse, aquí gobierna la minoría, que ha mantenido secuestrado al país.
Recordemos las palabras del procurador Hernán Estrada, hace meses: “Bastaría una orden del comandante Ortega, para que en Nicaragua no quedara piedra sobre piedra”, ante unas acusaciones de morterazos, que hacían unos periodistas. Pero bien, el que fuese capaz de costear los servicios médicos de un familiar, por un politraumatismo, “en Cuidados Intensivos” de un hospital privado, por espacio de tres semanas, ¡ese ya es un rico!
Curiosamente, en el libro de David, Nolan: La Ideología Sandinista y la Revolución Nicaragüense , el capítulo I, comienza así: “Lavaremos con sangre lo viejo y corrupto, los vicios, las tendencias la pútrida pequeñoburguesía” (Gioconda Belli), Marx concebía a la clase media como: pequeña burguesía. ¿Acaso era parte del “proyecto histórico” sandinista, la extinción de la clase media?
Nicaragua es un país rico, pero desgraciadamente mal administrado, se habla de hacer reingeniería en la base tributaria, en el INSS, etc., la restauración del Estado de derecho requiere de toda la juventud, depositando su voto, a favor de don Fabio Gadea este 6 de noviembre.
El autor es médico.
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