México/ EFE
El grupo mexicano cuenta en su más reciente disco “un viaje al fin del mundo, pero festivo”, dijo a Efe el cantante de Kinky, Gil Cerezo.
“Son diez temas que cuentan la historia de alguien que sale de juerga una noche y a la vez se está cocinando el apocalipsis sin darse cuenta”, explicó el músico del que será su quinto trabajo y que saldrá a la venta a mediados de octubre.
Aunque no hay una alusión directa a la situación de violencia e inseguridad que vive México, “sí se siente ese espíritu”, aunque el sentimiento de destrucción es “más mundial”.
“Los terremotos, las guerras, las predicciones mayas del fin del mundo… Algo viene. Y el disco habla de cómo no nos damos cuenta de que el mundo se cae en pedazos ante nuestros ojos, pero siempre encontramos el lugar para festejar”, manifestó Cerezo.
Llevan un año y medio trabajando en este nuevo álbum, que han grabado en su ciudad de residencia desde hace 7 años, Los Ángeles, con el productor John King (quien ha trabajado, entre otros, con Carlos Santana).
El estudio cuenta con muchas herramientas que, según Cerezo, les han permitido “llevar a otro nivel” su música, mezcla de ritmos rockeros, hip hoperos o electrónicos.
“Este es el disco en el que nos hemos puesto más detalles, mucho corazón y materia gris”, dijo.
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