por fin Cornelio logró sentarse a la mesa.
El hombre es el vivo retrato de las víboras,
penetra hasta por las rendijas de cualquier recinto.
Ya no es visto de soslayo,
ya no avientan puertas a la cínica calvicie
que anuda la sonrisa en la nariz.
Todas las mañanas los buscadores de dones
le roban la dicha del último sueño.
Al verse en ricos tapices, al saberse
dueño del vino y de la libertad de la gente,
enloquece y levanta la estatua
en el jardín de la casa, se ufana de ser
la lengua que limpia mejor los intestinos del César.
[/doap_box][doap_box title=”Su mundo” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
Mujer: Resguardo del hombre, la otra mitad, uno sin mujer no es hombre, con la mujer nace la casa, el hogar, los hijos, la obra. Eso es la Chilo para mí.
Hijo: Prolongación de la especie, brindar cuidados nobles y la posibilidad de verlos realizados, son también mi poesía.
Dios: Como católico creo en Dios que creó el cosmos, que nos envió el espíritu que es la sabiduría y se concretó en Jesucristo. Dios es el mayor poeta del mundo, porque es creador.
Democracia: Poder de todos, compartir todo, absoluta honestidad y transparencia.
Justicia: Aplicación equitativa de las leyes sin distingos, sin prejuicios. Todos somos iguales ante la ley que es la mayor aspiración del ser humano.
[/doap_box]
Por Arnulfo Agüero
El escritor e historiador Julio Valle-Castillo fue celebrado por sus amigos e intelectuales por su larga e intensa carrera de investigador, académico y escritor, en el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica.
Al iniciar la actividad la poeta Blanca Castellón refirió que su obra “es un viaje luminoso con hermosos paisajes y rutas sorprendentes en la poesía, hacia la poesía, y por la poesía”, dijo emocionada.
También entre las presentadoras apareció Isolda Rodríguez Rosales, veterana educadora que elogió la labor del escritor, como antologador de la poesía nicaragüense y ensayista.
Después de las amistosas y emotivas presentaciones, Valle-Castillo habló de los escritores y la sociedad, cómo ven estos el medio y cómo el medio visualiza a los poetas. En la exposición también rememoró su relación con los viejos poetas nicaragüenses, mexicanos y latinoamericanos, contó algunas anécdotas de humor y terminó agradeciendo a los organizadores del Festival Internacional de Poesía, por el merecido reconocimiento.
Durante la ponencia el poeta habló de su formación y vivencias entre los poetas, Augusto Cermeño, José Coronel Urtecho, Ernesto Cardenal, de sus experiencias de las primeras antologías que dejaron por fuera a Luis Alberto Cabrales, Manolo Cuadra y Enrique Fernández Morales, por ser, los dos primeros, extremistas en sus ideologías y el último por “fresco” al no enviar sus textos.
CON BORGES Y LA BOHEMIA
De su paso por México, recordó a su maestro Ernesto Mejía Sánchez, de los ratos alegres con Chichí Fernández en esa ciudad, de sus noches de bohemias atendidos por Gloria Gabuardi, y de su amistad con Jorge Luis Borges, Roberto Fernández Retamar, entre otros poetas latinoamericanos. A su regreso a nuestro país se declaró irónicamente “un exilado mexicano en Nicaragua”.
Después dio lectura de dos poemas, uno de su primer libro Las armas iniciales y del último Mementos de vivos y difuntos . Al final de su comparecencia, Salvador Martínez, agregado cultural de la embajada de México, agradeció al poeta el haberse referido a su país con tanta emoción, respeto y nostalgia.
SU TRAYECTORIA
Su trayectoria es amplia, desde 1970 empezó a publicar poemas en La Prensa Literaria . Estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. En 1972 editó un poemario del modernista nicaragüense Rafael Montiel, en 1974 una antología de Joaquín Pasos y en 1978 otra del modernismo nacional.
Desde 2001 es miembro de número de la Academia Nicaragüense de la Lengua.
Actualmente es miembro del consejo directivo del Centro Nicaragüense de Escritores (CNE).
Ver en la versión impresa las páginas: 7 B