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Luis Sánchez Sancho

Los laberintos de los minotauros

Ahora ya es del conocimiento público internacional lo que antes solo se sospechaba: que el fugitivo extirano de Libia, Muamar Gadafi, había hecho construir una extensa e intrincada red de túneles en el subsuelo de Trípoli.

Gadafi contrató a los mejores ingenieros europeos para construir esos túneles, con el fin de protegerse de eventuales ataques aéreos o para huir de la ira del pueblo. Pero ahora, imaginar al despiadado dictador libio refugiado en esos túneles o huyendo a través de ellos, evoca el mito del Laberinto de Creta, en la antigua Grecia. Allí se encontraba el Minotauro, una criatura tan bestial como Gadafi, con la diferencia de que este es real y aquel era imaginario.

Los rebeldes libios que tomaron por asalto el búnker de Gadafi y bajaron al laberinto subterráneo, así como los habitantes de Trípoli y periodistas de diversas nacionalidades que han podido ver esa compleja e impresionante fortificación, se han asombrado al comprobar con sus propios ojos la existencia de una ciudadela subterránea, construida a un costo inmenso todavía desconocido, por disposición del sanguinario dictador libio.

Según la antigua leyenda griega, el Laberinto de Creta fue diseñado por un fabuloso arquitecto llamado Dédalo, por orden del rey Minos. El Laberinto fue construido para que viviera allí y no pudiera salir nunca, una monstruosa criatura llamada Minotauro, que era mitad toro y mitad hombre y había nacido de una relación sexual anormal de la reina Pasífae con un toro.

Pero el Minotauro no solo era monstruoso por su apariencia sino también por sus hábitos, pues solía devorar seres humanos. Entre las víctimas humanas que devoraba el Minotauro se contaban las siete doncellas más hermosas y los siete adolescentes más apuestos de Atenas, que esta ciudad debía entregar a Creta cada 9 años como tributo por una guerra que los cretenses habían perdido ante los atenienses.

En el Laberinto de Creta permaneció el monstruoso Minotauro durante mucho tiempo, aterrorizando a la gente de Creta y Atenas. Hasta que el héroe ateniense Teseo, hijo del rey Egeo, se incluyó como uno de los siete jóvenes que fueron enviados a Creta para que los devorase el Minotauro. Ya dentro del Laberinto, Teseo mató a la bestia y logró salir con la complicidad de la princesa cretense Ariadna, hija del rey Minos. Ella se enamoró del héroe ateniense y le dio un ovillo de hilo para que lo fuera soltando mientras se adentraba en el Laberinto, y lo recogiera después para poder salir.

Según el gran escritor argentino, Jorge Luis Borges (1899-1986), el mito del Laberinto de Creta no solo tenía un significado de opresión y terror, sino que también era un símbolo de rebelión y liberación.

“Yo creo que en la idea del laberinto, hay una idea de esperanza también… puede ser demoníaco, puede ser divino… casi podríamos decir que el laberinto es un temor, pero también una esperanza…”, expresó el genial escritor argentino ya desaparecido, quien escribió un poema titulado precisamente como Laberinto. Siguiendo la línea de pensamiento de Borges, pienso que si en el laberinto de Creta la esperanza es Teseo, el héroe que mata al Minotauro y libera a su patria, en el laberinto de Trípoli Teseo es el pueblo rebelde que derroca al bestial tirano, salvándose a sí mismo y liberando a la humanidad de un monstruo abominable como Muamar Gadafi.

En el Laberinto de Creta, la esperanza es Teseo, que mata al Minotauro y libera a su patria; y en el laberinto de Trípoli, Teseo es el pueblo que derroca al tirano salvándose a sí mismo y liberando a la humanidad de un monstruo tan abominable como Gadafi.

Columna del día Opinión

COMENTARIOS

  1. orlando j.salas
    Hace 13 años

    Excelente comparacion entre el mito y la realidad de este habil escritor nicaraguense Luis Sanchez -Sancho.

  2. J.M. Fajardo C.
    Hace 13 años

    Interesante la interpretación del laberinto “En la existencia humana el laberinto se construye desde la formación del feto, desplegándose espontáneamente en torno al desarrollo de la vida. Con el avance de la existencia de cada individuo se van levantando muros que le conducen por senderos desconocidos que se bifurcan en caminos más cortos o largos, pero cada vez más complejos, perdiéndose en ellos y convirtiéndose en muchos casos en minotauros disipando el verdadero sentido de su e

  3. PIERDAN TODA ESPERANZA LOS GUEGUENSES
    Hace 13 años

    Debajo de El Carmen, también debe haber un laberinto. Pero allí termina la similitud, porque Nicaragua es incapaz de producir Teseos, los dioses la condenaron a producir solamente Güegüenses.

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