Será presumido y bromista, pero Usain Bolt es un portento que ahora ha demostrado que sabe recuperarse tras un fiasco. Seis días después de su sonada descalificación por una salida en falso, el “Rayo” de Jamaica logró finalmente atrapar una medalla de oro en el Mundial de atletismo al consagrarse en los 200 metros con el cuarto tiempo más rápido de la historia”. Le he demostrado al mundo que sigo siendo el mejor”, proclamó un Bolt en su elemento tras una arrolladora victoria en la pista azulada del estadio de Daegu. Antes del pistolazo de salida, Bolt le pasó saliva a sus cejas y dibujó una sonrisa radiante, telegrafiando el mensaje de lo que se aproximaba. Después de cruzar la meta, Bolt dio rienda suelta a su innata capacidad para cautivar al público con sus celebraciones, al extremo que le quitó la cámara a un fotógrafos y se puso a sacar imágenes. Bolt venía de sufrir el momento más amargo de una trayectoria que ya lo tiene como uno de los grandes mitos del atletismo. La descalificación en los 100 fue la que esfumó su ambición de un tercer triplete dorado en las grandes citas. AP/LIN JI-MAN