MARC JOURDIER/AFP/WASHINGTON
La serie de indicadores publicados ayer en Estados Unidos parece advertir que la primera economía mundial no regresará a la recesión, pero muestra gran lentitud en su recuperación, que aleja al gobierno de sus objetivos de crecimiento.
La inflación siguió aumentando en agosto, y en cifras anualizadas, alcanzó 3.8 por ciento, su nivel más alto desde septiembre de 2008.
En consecuencia, la baja del poder adquisitivo que se observa desde octubre de 2010 se aceleró.
En un momento en que la recuperación económica parece estancarse, esto repercutirá de forma negativa en los índices de consumo de las familias, que garantizan cerca del 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
El crecimiento económico de Estados Unidos cayó 0.4 por ciento en cifras anualizadas durante el primer trimestre de 2011, y durante el segundo solo mostró una leve mejora de 1.0 por ciento.
Por su parte, el Departamento de Comercio anunció este jueves que el déficit de las cuentas corrientes disminuyó en la primavera boreal para establecerse a 3.1 por ciento del PIB.
Esto permite esperar una revisión en leve alza del crecimiento del segundo trimestre.
NO TODO ES NEGRO
Pero también se publicaron datos positivos. Según la Reserva Federal (Fed, banco central), la producción industrial se desaceleró en agosto, pero siguió avanzando, en un mes que fue muy difícil para la economía estadounidense.
Los datos de la Fed indican además que la producción manufacturera, motor de la recuperación, mantuvo un ritmo sólido.
Ver en la versión impresa las páginas: 12 A