Por Adelia Sandoval
Las letrinas se rebalsaron y la calle por donde camina la población quedó convertida en un cauce natural de aguas negras tras la lluvia nocturna del domingo que se coló en varias casas del anexo del barrio Ayapal.
La casa de la señora Celia del Carmen Mejía Jiménez quien vive con cinco niños incluyendo un recién nacido fue una de las afectadas. “Esa noche el agua entró. Siempre pasa, esa calle invierno y verano está llena de aguas de manjoles, los niños se me enferman de calenturas y gripes. Así llevamos los tres años que vivimos aquí”, expresó.
Para Mejía Jiménez el problema es un dique que fue construido para amortiguar las corrientes de lluvia que bajan a este sector, ella considera que no tiene suficiente capacidad de absorber la corriente de agua que atraviesa la calle convirtiéndola en un cauce improvisado.
También la casita de doña Rosa Argentina Chávez fue afectada. Ella dice que la municipalidad los tiene olvidados, teme que su casita de zinc y tablas viejas se caiga con otro aguacero.
Rosibel Flores Martínez sabe que nadie les brinda ayuda a sus necesidades. Dice que ni la Alcaldía de Managua ni el Ministerio de Salud (Minsa) han aparecido para prevenir brotes epidémicos.
Estos pobladores solicitan a la Alcaldía del Distrito Dos material para rellenar sus terrenos y así mitigar los efectos de las inundaciones.