Por Massiell Largaespada
La verdad es que yo no te amo, ni te quiero, ni nada; esto es un engaño y todo lo hice por dinero: son las palabras que recuerda la joven de 17 años, a quien llamaremos María.
Con la mirada perdida y un caudal de lágrimas que rodaron sobre las mejillas de la adolescente, María recuerda el día en que su novio, a quien creía el amor de su vida, la llevó con engaños a un lugar desconocido y la entregó a unos hombres a cambio de 30,000 dólares.
De forma amarga María constató los presentimientos de su madre, quien le insistió terminar con el novio, de 24 años, a quien habría conocido en una parada de buses cerca de su vivienda en un barrio de la capital.
Mientras observaba a través de una ventana el ocaso del sol y al mismo tiempo apretaba entre sus manos, que lucían pálidas y temblorosas, un objeto que estaba sobre la mesa de una oficina, María relató que durante los tres meses de noviazgo nunca había salido sola con él hasta aquel día en el que supuestamente la llevaría a conocer a sus padres pero más bien fue la fecha que cambió su vida para siempre.
Durante cinco meses María fue prostituida en un bar. La obligaron a acostarse hasta con 10 hombres por día. Además de las múltiples violaciones, dice que fue drogada, golpeada y aislada por completo de su familia.
En el país, desde el 2004 las autoridades han investigado alrededor de 74 casos y 77 mujeres han sido liberadas de las garras de sus captores.
Lo que para María habría empezado como un sueño derivó en una pesadilla que hasta ahora no termina por los terribles recuerdos que zumban como abejorros por su mente.
ENGANCHE EMOCIONAL
El responsable de la oficina del Departamento Legal de Casa Alianza, Merardo Solís, considera que existen factores sociales que exponen a los jóvenes como potenciales víctimas entre los cuales figuran la violencia intrafamiliar, adicciones, familias disfuncionales y bajos recursos económicos que empujan a los adolescentes a salir del seno familiar y los deja vulnerables.
“Tampoco quiere decir que exclusivamente la condición de ser pobre nos hace ser potenciales víctimas porque entran en juegos otros factores como la educación y los valores”, destacó Solís.
Para la sicóloga Eneida Lira López, directora de la Casa Alianza que atiende a víctimas de este delito y de otras situaciones en riesgo, los padres de familia y los centros educativos deben desarrollar en los jóvenes mecanismos de protección para evitar caer en manos de explotadores.
“Es un enganche emocional, afectivo y sicológico. Utilizan el ofrecimiento y el engaño y todo eso está bien disfrazado. Ellos primero estudian las actitudes o cualidades de la muchacha o el joven”, expresó.
La especialista indicó que los captadores de seres humanos son personas que generalmente entablan un clima de confianza con la víctima a través de amenas conversaciones en las que muestran generosidad y atención por sus problemas.
“Los padres deben saber a dónde van a sus hijos, deben tener acceso a sus amigos, qué escriben en sus redes sociales. No debe haber información privada entre padres e hijos porque esos son los medios que usan las personas que están captando a los jóvenes”, señaló Lira.
BLANCO PERFECTO
Ana Laura Mendoza, maestra de educación secundaria en un colegio público de Ciudad Sandino, recordó que el año pasado una de sus estudiantes estuvo a punto de irse fuera del país a escondidas de sus padres pero que logró hablar con ella a tiempo.
“Los maestros conocemos bien a nuestros alumnos y yo la miraba hablando mucho por teléfono con alguien, pero se miraba siempre nerviosa. Ella me confesó que una amiga le ofreció ayudarla a irse a Panamá pero yo le hablé de lo peligroso que era eso y afortunadamente no lo hizo”, dijo la educadora.
Merardo Solís lamentó la carencia de políticas públicas en el país que fomenten la prevención de este delito desde el sistema educativo público, un sector atractivo para los captadores.
La legislación establece penas para quienes cometen este ilícito, sin embargo uno de los vacíos de la Ley contra la Trata de Personas es que no contempla sanción para el cliente.
Desde el 2004, por traficar con personas han sido condenadas seis personas, entre los que no está el que fue novio de María.
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