ZONA DE STRIKES
“A jugar con todo. no quiero que se crea que como son los checos, vamos a ir a pegarles jonrones y ya . Quiero a todo mundo concentrado en su trabajo y nada de recostarse ni adaptarse al nivel de ellos”.
Eso dijo Jorge Fuentes a los miembros de la selección de beisbol en Dordrecht, Holanda, en el 2005, mientras el equipo concluía su práctica, para jugar ante la República Checa, en partido que se anticipó como el más cómodo.
Y pese a la advertencia, el triunfalismo era inevitable. Los checos jamás habían hecho algo significativo y en el Mundial había n caído 19-0 con Japón, 10-1 ante China y 15-5 frente a España.
Pero luego de tres entradas lo que estábamos viendo era un duelazo 0-0 entre Julio Ráudez y Pavel Budsky, un corpulento derecho (6’4), quien con una fuerte bola rápida (92-93 MPH) estaba quebrando los bates al conjunto nacional. ¿Qué pasaba?
Un inning más tarde, Aníbal Vega le metió un jonrón por el derecho y no solo puso arriba a Nicaragua 1-0, sino que fue como traer al equipo de nuevo a la vida. “Ahora sí que se agarren. Los vamos a reventar”, pensamos varios.
Pero Budsky se puso más duro y llegó al octavo en plan grande, mientras Nicaragua recurría, además de Ráudez, a Wilton López, para sellar el dramático triunfo 1-0, ante el cual, los jugadores no sabían si celebrar o esconderse.
Yo estuve ahí en Holanda. De no haber visto a Budsky, medido su velocidad y observado su repertorio, habría estado entre quienes acabaron a la Selección por inepta. El score fue penoso, pero el equipo la había echado toda.
En el beisbol, se acabaron los enemigos pequeños. O los demás progresan, o nosotros estamos estancados, pero la correlación de fuerzas, se ha modificado. Aquello de que los alemanes corrían para tercera después de batear, es solo un detalle anecdótico.
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