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Franklin Caldera, escritor. LA PRENSA/U. MOLINA

Cine en la sangre

Franklin Caldera, tiene 62 años. Vive en Miami, Florida y la mayor parte de su vida la ha dedicado a la crítica de cine. Lleva 42 años escribiendo para La Prensa Literaria y expresa que de esa experiencia como crítico por primera vez “no sabía si iba a ser una experiencia de una sola vez o un oficio de toda la vida”.

Por Marta Leonor González

Franklin Caldera, tiene 62 años. Vive en Miami, Florida y la mayor parte de su vida la ha dedicado a la crítica de cine. Lleva 42 años escribiendo para La Prensa Literaria y expresa que de esa experiencia como crítico por primera vez “no sabía si iba a ser una experiencia de una sola vez o un oficio de toda la vida”.

Además se decanta por la poesía y ejerce como traductor, oficio que ha ido cultivando con el tiempo, aunque su vocación fue el derecho y lo ejerció cuando vivía en Nicaragua.

En 1968 publicó en La Prensa Literaria sus primeros poemas y cuenta que su primera lectura de poesía la dio al lado de Leonel Rugama. Guarda un libro de poesía hace algunos años a la espera de su publicación y edita junto a Ligia Guillén, la revista Poesía peregrina .

:::¿Cómo le nació ese interés por el cine?

Mi mamá me inculcó el amor al cine. Pero uno lleva dentro la predisposición para responder positiva o negativamente a cierto tipo de estímulo. Según mi mamá, desde que me llevaron a ver Juana de Arco (con Ingrid Bergman) cuando yo tenía dos años, todo para mí se volvió cine.

:::¿El cine qué significa en su vida?

Soy un cinéfilo (en el sentido francés de ese término), es decir, una persona que siente pasión por el cine, pero también curiosidad intelectual, un afán insaciable de leer todos los libros de cine disponibles y usarlos como guía para ver todas las películas que se tienen que ver y otras más. Pero los libros de cine han pasado de moda.

:::Ha sido el crítico de cine de La Prensa Literaria por 42 años, ¿cómo valora esos años y qué saca de esa experiencia?

Decía Truffaut que ningún niño quiere ser crítico de cine. Los niños quieren ser bomberos, policías, detectives, soldados, guerrilleros, sacerdotes, maestros, vaqueros, palafreneros, pero no críticos de cine. Yo soy de las pocas excepciones. A los 9 años leí Clásicos del cine silente de Joe Franklin, y descubrí el interés intelectual por el cine.

Un cinéfilo es erudito por un lado y espectador común y corriente por el otro. Vemos el cine con el cerebro, pero también con el corazón. El cine me enseñó a relacionarme con las demás personas, especialmente con las mujeres, a vencer mi timidez. En la adolescencia, como mecanismo psicológico, y esto es algo relacionado exclusivamente con la dialéctica del espectador, uno emplea a los actores como modelos, para aprender a lidiar con determinadas situaciones o aceptarse uno mismo a través de personajes que enfrentan los mismos desafíos.

:::¿Alguna película en especial que le haya cambiado su manera del ver el mundo?

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¿Qué le dicen estos nombres?
Woody Allen. Gracias a su película Sueños de seductor conquisté a mi primera novia. Es aquella en la que el fantasma de Humphrey Bogart le enseña cómo abordar a las mujeres.

Pedro Almodóvar. Es el cineasta europeo más importante del momento. Pero comenzó mal.

Steven Spielberg. El éxito nunca se le fue a la cabeza.

Alfred Hitchcock . Un maestro del lenguaje cinematográfico que nunca perdió de vista al público.

Martin Scorsese. Es el arquetipo del cineasta cinéfilo. Es el hombre que más sabe de cine en el mundo.

Stanley Kubrick. Me encanta Lolita .

Ridley Scott. Nunca ha hecho una mala película, pero no es de los míos. Akira Kurosawa. Es el Shakespeare del cine japonés.

Peter Jackson. Criaturas celestiales (1994) es una de mis películas favoritas. Es la de las colegialas que adoraban a Mario Lanza, odiaban a Orson Welles y viven un romance que termina en tragedia.

Quentin Tarantino. Podría pasar hablando de cine con él sin parar durante un año.

Orson Welles. Ese hombre llevaba el cine en la sangre. Yo debí haber sido como él: gordo, alto, con barba, fumando puro todo el tiempo……

Clint Eastwood. Como es actor tan famoso, con frecuencia se olvida que es uno de los directores de cine más interesantes.

James Cameron. Terminator es una gran película de ciencia ficción. Puro cerebro. Titanic es tronco de realización, pero en esencia es una telenovela.

Francis Ford Coppola. Con la trilogía del Padrino y Apocalipsis ya tiene asegurado su lugar en el panteón de los grandes cineastas.

Oliver Stone. Sus mensajes son demasiado obvios. Todo lo da digerido. El espectador no tiene más que sentarse, abrir la boca y consumir ideología políticamente correcta.

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En esencia veo el cine como un arte. Aprecio una película como aprecio una pintura de Rembrandt o una sinfonía de Schubert, es decir, como un fin en sí mismo. No necesariamente para aprender a vivir. En el cine siempre se aprende. Una personaje con el que me identifiqué desde la adolescencia es el interpretado por Charles Aznavour en Disparadle al pianista de Truffaut, por su sentido trágico de la vida.

:::¿Qué experiencias han sido clave para ser un crítico de cine?

Las primeras críticas de cine que leí fueron en la revista chilena Ecran . Recuerdo una frase sobre La nave del mal de Stanley Kramer: “Bordea peligrosamente los límites de lo obvio”. Me impactó por lo técnica y bien escrita. Mis grandes maestros han sido Paulina Kael de The Newyorker, los catalanes de Film Ideal (Moix, Gimferrer), Guillermo Cabrera-Infante, Godard y compañía…

 

:::¿Actualmente cómo definiría el cine y su importancia?

La mejor descripción del cine la dio el dramaturgo Garson Kanin: “El problema del cine como arte radica en que es una industria, y el problema del cine como industria radica en que es un arte”. Entre 1960 y 1980, todas las cosas importantes que pasaban en el mundo estaban reflejadas en el cine. Todo aquel cine contracultural era una prolongación de nuestra problemática vital: Busco mi destino, El graduado, Las fresas de la amargura, Besos robados . Con el tiempo, lo puramente comercial ha ido ganando terreno. En el cine y en todo.

:::¿Cómo diagnostica al cine nicaragüense incluyendo los años 80 época de auge?

Los cineastas nicaragüenses son quijotes con cámara en lugar de lanza. El problema de un país diminuto como Nicaragua es que nunca podrá tener el público suficiente para sostener una industria cinematográfica. Ahora cineasta de grandes países latinoamericanos luchan por encontrar su público, gran parte del cual se queda en casa devorando telenovelas. El cine nicaragüense tiene a su cronista en Karly Gaitán Morales. Ella es la cronista de los cronistas.

:::¿Qué les dice a los jóvenes críticos que empiezan a reflexionar sobre lo que vemos en la pantalla?

Para ser crítico de cine hay que tener un sentido histórico del cine, pero al mismo tiempo, leer mucha literatura, interesarse por la sociología, la psicología, la religión, la historia, la geografía, el materialismo histórico. Un crítico es una persona bien informada que comparte su pasión por el cine.

:::¿Alguna vez tuvo el sueño de dirigir una película, actuar o escribir un guión?

Temperamentalmente habría podido ser guionista de cine. Pero me habría gustado ser guionista en un gran estudio, escribiendo guiones de grandes novelas. Nunca me he visto dirigiendo cine. No percibo la crítica de cine como un premio de consolación. La vivo como una vocación.

:::¿En su vida de crítico a qué directores ha conocido y cuál le ha traído una experiencia inolvidable?

En casa de Roxana Lacayo platiqué con Pontecorvo, el realizador de la Batalla de Argel . Me impresionó su humildad. Las personas realmente grandes son siempre humildes. En la televisión entrevisté al director de cine polaco Jerzy Kawalerowicz y a su esposa Lucyna Winnicka. En España tuve una larga conversación con David Trueba sobre Centauros del desierto y Taxi Driver , y estuvimos de acuerdo en todo, algo que me pasa muy raras veces.

PRIMERO POETA

:::Aún siendo abogado usted se ha vinculado con los poetas, pintores y artistas en general. ¿Qué le llevó a inclinarse por este mundo?

Tuve que hacerme abogado por motivos familiares. Pero estudiar Derecho me gustó pues es una carrera que forma la mente. En el colegio y en todas partes me sentía como un inadaptado. Mis amigos siempre hablaban de temas que no me interesaban. Cuando Beltrán Morales me invitó a visitar la cafetería La India, descubrí que en el mundo había gente a la que le interesaban las cosas que me interesaban a mí. Desde entonces todos mis amigos han sido poetas. Tengo dos que no son poetas, pero se han vuelto millonarios y ahora no me quieren hablar.

:::Es creador de poesía. ¿Cómo fue su encuentro con este género, cómo lo ha alimentado?

Mi papá quería que aprendiera a hablar bien para ser abogado y me introdujo en el mundo de Darío. A los 8 años recité la Marcha triunfal en la velada de Los Chicos de La Prensa en el Teatro González. Soy primero poeta y después crítico de cine, pero mi sombrero de crítico de cine es muy visible. A la gente no le gusta que alguien use en público dos sombreros. Te quieren ver siempre con el mismo sombrero. Los que han vivido esta experiencia sabrán lo que quiero decir.

:::¿Admira a algunos directores de cine?

Welles, Fellini, Truffaut, Hitchcok, Griffith, Eisenstein, Visconti, Kurosawa, Satyatij Ray. Esos son mis favoritos.

:::¿Qué poeta le ha ayudado en sus lecturas?

Cuando comencé a leer poesía nicaragüense de Vanguardia en los años 60 me deslumbró. El canto de guerra de las cosas es para mí el mejor poema nicaragüense, aunque la obra de Darío en su totalidad es superior a la de Joaquín Pasos. Leo a Wordsworth, Antonio Machado, Whitman. Las traducciones al español de poesía estadounidense de José Coronel y Ernesto Cardenal influyeron mucho en mí. He publicado en 40 y pico de años unos 17 poemas. Para mí escribir un poema es como cortarme un brazo, una pierna, una oreja. No entiendo cómo hay poetas que escriben tantos y tantos poemas. Cada vez que se acuestan con una mujer corren a escribir un poema.

Cultura cine pantalla traductor archivo

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COMENTARIOS

  1. roger mejia
    Hace 13 años

    Marta, excelente trabajo, amplia entrevista, pero como se llama este señor?
    Quien es él? ha llevado una interesante vida dedicada al septimo arte.
    roger

  2. Frank
    Hace 13 años

    Soy amante del buen cine y me gusta leer noticias relacionadas con ese arte. Que pena para la periodista que escribio este articulo que olvida y omite completamente mencionar el nombre de la persona entrevistada y sobre la cual escribe. El nombre de la persona entrevistada es el dato mas importante en una entrevista, no me explico como la periodista lo omite completamente a lo largo de toda la entrevista.

  3. francisco mza
    Hace 13 años

    Bueno parece que arreglaron el error,nada se perdio porque pareciera fue problema del impresor,pero deberian reconocer que fue un problema involuntario y no hacer quedar a los comentaristas como tontos o ciegos,porque originalmente no aparecia el nombre del Abogado Caldera,de todas maneras esta muy bueno el articulo de Marta Leonor,pero hay que ser mas cuidadosos en el futuro cuando publiquen una noticia,para no hacer quedar mal a la entrevistadora. Gracias

  4. Eduardo Sanchez
    Hace 13 años

    Tremendo articulo.
    De quien se trata?

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