Necesidad
Francisco Bautista Lara
Presiento que me falta todo,
tanto es que no lo preciso,
lo inexistente me invade y me vacía.
Cuando estoy contigo,
lo olvido,
parece que nada falta ya
o se necesita poco, poquísimo.
Al irte,
los límites se extienden
invaden renovadas las ausencias
que parecen eternas e inmensas;
aunque el tiempo implacable las mida
con tanta brevedad
y el espacio sea incapaz de comprometerlas.
En mí
Necesito tu voz
cuando el silencio
se vuelve impenetrable.
La imagen cruza
desde el recuerdo
y se hace real,
la toco, la siento, me cubre,
mientras todo se esfuma
ante la luz aguda,
renaces en las sombras
que proyectan su reflejo:
denso, tangible
sólido, creciente,
como tu piel sensitiva bajo mis ojos tristes,
como mi voz vibrante, bajo tus pies ligeros.
Imposibles
Sordo ruido como tableteo opaco persiste,
golpea en la noche el afligido lamento:
recuerdo cuando te has ido;
pienso entonces: te he perdido;
inútil recordarlo, inútil;
¡nunca estuviste!
Sin haber estado
no pudiste irte.
Síntesis
En el después se esconde el antes,
algo que fue para ser irremediablemente ahora.
Sustenta la esencia del hoy tan fugaz,
con sus consecuencias obvias y naturales,aciertos y desaciertos, incomprensiones.
Permanece ineludible, cambiante, un suspiro,
una célula de origen a la que se agregan
en el misterio, el orden, el azar y el caos,
los acontecimientos, las circunstancias,el ruido, la pausa, la acción y la rutina.
Poeta anónimo
Para el poeta Raúl Orozco (1946- 2009) siempre vestido con ropas negras
Cantor ignorado de versos que llevas
bajo tu brazo en hojas sueltas, dobladas,
entre la camisa oscura raída
que cubre de luto perenne tu frágil figura.
Letra buena, cuidada; palabra precisa surgida del caos,
exacta voz brotando del laberinto azul y la fresca brisa,
sustantivos floridos y bravos verbos,
tupidos adjetivos que se casan
en uniones diversas, informales y concisas.
Una idea, un verso o una obra
brilla escondida, desesperada
busca la luz para compartir
el estrecho encanto que le aguarda.
Espera sin prisa el podium libre,
el auditorio atento, el aplauso ralo,
escribe y declama en tibios vacíos
acumulando sombras viejas en horas idas.
Soledad escurridiza te acompaña
en refugio íntimo del lúcido instante
sensibilidad que despierta al son de las liras
airados ímpetus de nostalgia alegría.
Una mano escribe y otra borra,
un pensamiento sale y otro se esconde,
mientras de cada verso surge una fuente
de cambiantes aguas y fluidas corrientes.
Manantial de ideas, igual refresca
a la piedra rústica y al verde tallo,
en tierra árida y animal sediento,
palabra y verbo que enjuaga y embelesa.