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El Salvador pidió ayuda a la comunidad internacional ante las afectaciones causadas por las lluvias que dejaron un saldo de 34 muertos. LA PRENSA/ARCHIVO/ EFE

Miles se protegen de las aguas en albergues en El Salvador

Centros escolares, iglesias y otras edificaciones se han convertido en la "casa temporal" de miles de salvadoreños, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, evacuados debido a las torrenciales lluvias que durante nueve días azotaron el país y causaron unos 34 muertos.

Magdalena Flores

Zacatecoluca, El Salvador/ACAN-EFE

Centros escolares, iglesias y otras edificaciones se han convertido en la “casa temporal” de miles de salvadoreños, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, evacuados debido a las torrenciales lluvias que durante nueve días azotaron el país y causaron unos 34 muertos.

Aunque el temporal ya cesó, el 65 por ciento de los casi 56,000 evacuados tiene que permanecer en los 638 albergues de todo el territorio salvadoreño, debido a que sus hogares continúan inundados o están en zonas con alto riesgo de deslizamientos de tierra.

Mirna Isabel Alemán, una joven madre de 21 años, dijo a Acan-Efe que desconoce cuánto tiempo estará en el albergue de la escuela Carlos Lobato de Zacatecoluca, en el departamento de La Paz, en la región central, una de las zonas más devastadas y de donde proceden al menos 33,000 de los refugiados de todo el país.

“Lo peor es que no sé cómo vamos a hacer para sobrevivir, pues hemos perdido lo poquito que teníamos”, agregó con nostalgia la joven con su pequeño hijo de dos años en los brazos, quien, a pesar del clima frío, viste apenas un pantalón corto y una vieja camiseta.

Alemán y su hijo abandonaron su humilde casa de madera el sábado pasado, cuando el agua comenzaba a anegarla, pero su pareja se negó a hacerlo con el argumento de que se quedaría a “cuidar” y ver si podía “salvar algunas cositas”, refirió la delgada mujer.

“No sé nada de él” y la preocupación es mayor porque “dicen que la chorrera (corriente de agua) se llevó a dos hombres” en su comunidad, San José de la Montaña, indicó angustiada Alemán.

También el esposo de María Ortiz, de 22 años, habitante de la comunidad de Los Ángeles, en Zacatecoluca, se quedó cuidando lo “poco” que tenían, pero ella, a diferencia de Alemán, sí logró comunicarse en algunas ocasiones con su pareja.

“Por medio del celular se comunicó conmigo. Él junto a otros hombres de la comunidad se resguardan en una escuela que no se llena mucho de agua”, relató Ortiz mientras amamantaba a su hija de apenas seis meses de edad.

MILES EN CENTROS DE REFUGIOS

Casi todos los 380 refugiados en el centro escolar Carlos Lobato son mujeres y niños, en su mayoría con los pies descalzos y sin abrigos. Las niñas y niños pintan paisajes y juegan entre sí para olvidar, aunque sea un momento, lo que pasa en sus casas como consecuencia de la lluvias.

En otro albergue, en una iglesia Pentecostal ubicada en Tecoluca, en el departamento central de San Vicente, hay 734 personas hacinadas en una galera, donde entre ropas tendidas y el lodazal dejado por las aguas también se observan muchos niños y mujeres, pues los hombres se quedaron cuidando las pertenencias en sus casas.

María Encarnación López, de 62 años, de la comunidad de Santa Marta, en Tecoluca, contó que toda su familia y varios de los hombres se rehusaron abandonar sus casas.

“Los demás se quedaron allá, es que como ellos estaban cuidando unos animalitos, gallinitas, unos patos, no se quisieron salir”, expresó la mujer entre lágrimas.

Miles de damnificados, al igual que ella, no saben nada de sus parientes, ni cuándo regresarán a sus hogares y si éstos todavía existen, pues cuando salieron el agua comenzaban a cubrirlos. “Ahí se llenaron casi todas las casas, ahí se perdió el maíz, todo”, relató la anciana con los brazos cruzados para protegerse del frío.

En este albergue de Santa Marta las colchonetas no dan abasto y los adultos se las ceden a los más pequeños, mientras que ellos duermen en plásticos negros tendidos en el suelo.

Ayer jueves el director de Protección Civil, Jorge Meléndez, dio permiso para que los evacuados como medida preventiva regresen a sus casas, siempre y cuando no corran peligro sus vidas. Sin embargo, antes de regresar las comisiones locales deben hacer un censo para verificar si existen o no riesgos.

De acuerdo a datos oficiales, unas 19,592 personas fueron evacuadas en todo el país por precaución y otras 36.384 porque sus casas sufrieron daños.

Según datos preliminares, el número de afectados llega a un millón de personas en El Salvador, donde al menos 34 murieron, 24 resultaron heridas y dos se encuentran desaparecidas a causa de las lluvias, que en toda Centroamérica dejaron más de un centenar de víctimas y daños millonarios en las infraestructuras.

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