Por: Edgard Rodríguez C.
Luego, American College solo logró una corona. El Bóer-Unica logró otra también. Así que ahora La Trinidad se une a la lista de campeones de las Copas Curacao.
Bayardo Molina, licenciado en cultura física y destacado metodólogo, logra también su primera corona con La Trinidad, que se ha vuelto una cantera de prospectos.
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En un partido cargado de dramatismo y en el que sus emociones constantes disiparon incluso deficiencias técnicas muy básicas, La Trinidad alcanzó finalmente la cima del beisbol juvenil nacional, al coronarse campeón de la VII Copa Curacao, tras derrotar 7-6 al Chinandega en el estadio Jackie Robinson, del IND, en Managua.
El drama alcanzó su punto culminante en el noveno inning, cuando tras reducir una desventaja 5-1, Chinandega se acercó 6-4, y sacó provecho de tres wild pitches para situarse 6-5, con las bases ocupadas y La Trinidad vacilante con su relevo. Sin embargo, una jugada corajuda del lanzador Rommel González sostuvo la pizarra.
González asistió al home tras un lanzamiento descontrolado y ante tiro del receptor Marvin Treminio, se jugó el físico y logró un out de enorme importancia, mientras culminaba luego su faena obligando a un elevado al jardín central, que tras ser capturado por Enmanuel Meza, desató la celebración de los triniteños en el montículo.
La victoria se la adjudicó Deyvi Averruz, quien tras ser agredido por jonrón de Jem Argeñal en el primero, reaccionó con cuatro scones, hasta que fue conectado y explotado en el sexto. Javier Hernández y González, quien se anotó salvamento, se encargaron de ayudarlo mientras Walter López cargaba con la derrota.
Además del trabajo de Averruz y el coraje de González, también fue clave el bateo de Meza, un chavalo de gran futuro, lo mismo que Treminio, quienes acumularon tres hits cada uno, entre los 13 que coleccionó la tropa norteña.
Chinandega se quedó con seis hits, corrió muy mal las bases y el manejo de su picheo causó algunas controversias.
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