Elízabeth Romero
El delegado de la palabra de la Iglesia católica, Randolfo Montenegro, quien el jueves estuvo pendiente de la situación ocurrida en el lugar, dijo que ayer volvió la calma a esa localidad, luego que los demandantes de sus cédulas fueron atendidos por el Consejo Electoral Municipal.
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La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, reaccionó ayer a la velada amenaza de la Policía de suspender elecciones en Murra, Nueva Segovia, en caso de continuar los brotes de violencia ocurridos el jueves por el reclamo de los pobladores de sus cédulas.
“La Policía no tiene facultades de ninguna manera de suspender elecciones”, aclaró Núñez, quien considera que este ha sido uno de los procesos electorales más carentes de institucionalidad, más alejados de respeto a la ley y con síntomas de violencia. “No es cierto que sean elecciones pacíficas”, dijo Núñez tras apuntar que aparte de la violencia física hay otras expresiones de violencia.
“Que la gente quede clara de que violencia no solo es el garrotazo, la pedrada, el morterazo o el balazo, violencia es todo ese nivel de agresividad verbal, de violación a instituciones, de negativa a entregar la cédula; esa también es violencia institucional”, dijo la defensora de derechos humanos. Citó el caso de José Almendárez, herido el 10 de agosto, pero dos meses después la Policía lo investigó. “Ese comportamiento no es usual, ese es un síntoma de descomposición de la institución”, afirmó Núñez.
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