Hace pocos días acompañé a mi mamá a su clínica provisional para que le hicieran sus chequeos de Tiroides. Ese día una señora ingresó de emergencia en una camilla. Su rostro lucía pálido y por su vestimenta noté que no venía justamente de su casa, sino del gimnasio.
No pasaba los 35 años de edad. Claudia Saldaña es su nombre. Llegó prácticamente inconsciente y no solo mi atención captó. Luego de varios exámenes que le realizaron, entre ellos un electrocardiograma, los médicos reportaron un infarto en evolución a consecuencia del bloqueo de dos arterias.
Nadie creería que un daño cardiaco se pudiera dar en mujeres aparentemente sin factores de riesgos, sobre todo porque las investigaciones revelan que se tiene más probabilidades a partir de los 40 o 50 años. Esta enfermedad no es exclusiva de los hombres y cuando afecta a mujeres es mucho más grave. Es un enemigo oculto. Los síntomas son diversos y por eso hay que estar alertas. Cuidar el corazón también es vital.
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