AFP
El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, aconsejó ayer a su sucesor (Otto Pérez), que concentre su esfuerzo en impulsar una reforma fiscal para contrarrestar la violencia y la pobreza, un tema pendiente en sus cuatro años de gobierno que terminan en enero de 2012.
Guatemala es uno de los países de Latinoamérica con menor carga tributaria, equivalente a solo el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el poderoso empresariado se niega sistemáticamente a cualquier medida que implique nuevos impuestos.
Colom dijo que “el tema más complicado” para el futuro presidente es el de la seguridad y la administración de justicia y recordó que en Guatemala la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes es de las más altas del mundo (48, según cifras oficiales y de organismos internacionales).
No obstante, argumentó que durante su gestión se logró frenar esa tendencia, que de haberse mantenido al ritmo que traía bajo los dos gobiernos anteriores —Alfonso Portillo y Oscar Berger— habría llegado este año a 55 por 100,000 habitantes.
En relación con este tema, Colom aseguró que la lucha contra el narcotráfico deber ser una de las grandes prioridades para el nuevo mandatario, ya que el 42 por ciento de las muertes violentas que ocurren en el país están relacionadas con el accionar de los cárteles.
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