Por Arnulfo Agüero
“Miré la pintura y la amé desde temprana edad”, escribió Carlos Martínez Rivas refiriéndose a las artes plásticas, una de sus pasiones, surgida en sus años de estudiante en el Colegio Centro América, cuando a su mano llegaron libros de pintores europeos premodernistas y una monografía de Henry Matisse.
Entre sus anotaciones habla de su visita a museos de Nueva York, donde apreció pinturas de Dominique Ingres, como la Odalisca en grisalla, de Rubens sus famosos desnudos, una Venus y un Adonis y obras del Greco y Toledo.
Estas miradas al arte de los museos lo llevaron a decir que “un poeta sin necesidad de leer libros puede aprender por medio de la gran pintura —que posee la esencial alquimia del color— sobre la naturaleza, el cuerpo humano y las pasiones”.
“Lo había grabado de tal manera que si fuera pintor lo podría reproducir”, escribió años posteriores, aprendizaje que también venía de sus anteriores visitas a museos de España y Francia.
Pablo Centeno-Gómez, quien ha compilado la poesía de CMR en la sección “Arte Gráphica” de su libro Poesía reunida , dice en sus notas que la apreciación artística del poeta, viene desde su niñez con la lectura de los expresionistas e impresionistas, así como de los clásicos griegos, influencias que pueden verse en sus dibujos y poemas.
VIAJES POR EUROPA
De los viajes que CMR realizara conoció a pintores contemporáneos como Pablo Picasso, Fernando Szyszlo, y Andrés Conejo, entre otros, este último le hizo al poeta un retrato, que aparece en la portada de Poesía reunida .
Para Martínez, el expresionismo refleja en el hombre la inadaptabilidad existencial y lo horrible, por lo que “ningún gato, ardilla o rosa sobra. Solo el hombre sobra. Y esa es una desarmonía, una disonancia a su concierto en el mundo”.
Además de ser un veedor, lector, degustador y conferencista, Martínez Rivas versificó sobre el tema de la pintura y el dibujo, principalmente de los grandes maestros expuestos en museos.
Sobre estas miradas al arte, su biógrafo Pablo Centeno-Gómez explica que en la Poesía reunida de CMR, se encuentra una sección, “Arte Gráphica”, con temas más directos sobre los pintores y sus obras. También hay poemas dispersos a lo largo del índice que tienen alusiones a las artes visuales.
Cita ejemplos como los poemas: “Nabucodonosor entre las Bestias”, “Retrato de Dama con Joven Donante”, “Memoria para el Año Viento Inconstante”, “Canto Fúnebre a la Muerte” de Joaquín Pasos, “Beso para la Mujer de Lot”, y “Ars Poética”. “Estos aunque no sean directos, también tienen su visión rebelde, profunda, y una atmósfera hermética”, subraya.
Durante los años sesenta CMR transmite sus apreciaciones a los alumnos de la Escuela Nacional de Bellas Artes, y casi al final de su vida, en 1997, ofrece varias conferencias en la Universidad Nacional Autónoma de Managua, sobre el arte expresionista, impresionista, puntillismo, y las artes plásticas actuales.
Su último poema escrito un 18 de enero de 1998, lo tituló “ A la Señora de Mauricio Lacayo Barreto” , en él hace referencia de la pintura “La Primavera” de Sandro Boticelli, donde fueron pintadas las tres Gracias, alegorías del encanto, la belleza, y la naturaleza.
POEMAS Y LOS GATOS
Sus dibujos están hechos con lapiceros y marcadores. Su única exposición de más de 40 trabajos fue exhibida en galería Praxis el sábado 14 de julio de 1997. El catálogo de la portada, titulado Dibujo y Poesía , presentaba el boceto La Viuda de Nadie .
También perfiló sus dibujos Autorretrato (California, 1956), y Autorretrato con guitarra ; en otros aparece su esposa Esperanza llorando, también hay alusiones a la Esfinge, dibujos de gatos, y otros retratos o bocetos con perspectivas; todos trabajados en pocos trazos simples y sin manejo del claroscuro.
El más impactante y misterioso lo realizó casi al final de su vida, y es un grafito que delineó sobre una pared de su casa en Altamira d’este #8, II etapa. Donde dejó anotada su visión: “Así vi al diablo anoche pasar sobre mi pecho como un juguete horrible. —sábado 3, domingo 4 de febrero— (de prisa, me levanté para reproducir la visión antes de que se borrara)”. También aparece una frase en latín, donde expresa que no tiene temor.
CMR también escribió varios poemas, realizó dibujos y dejó anotaciones sobre los gatos. Algunos de estos titulados: Pintaré un gato dormido, Tríptico/Tabla II, De gato con nosotros, Que trata de El gato y su especie, Horno, Murmurria, Peán de honor y Muerte al poeta Eliseo Diego Inmortal Blasón, y En casa con mis gatos y la muerte .
Sobre estos misteriosos felinos escribe: “No, no es cualquiera quien crió gatitos en su casa en lluvioso septiembre de Nicaragua. Gatitos machos y gatitos hembras engendrados aquí por especímenes de esplendor felino como mi Poe. O Midget, la fundadora abuela policroma, arrollada. Rota su vértebra cervical en invierno aciago, de ya extintas correntadas, agonizando en mi regazo ¡Lanzando aquel su gemido cuando entregó su espíritu! Y Mur, el crío que aprendió a recorrer los libros con los ojos, a sostener un lápiz en su pezuña. Desde idos presentes y futuros años. Gatitos dándome compañía sin quitarle soledad”.
Estos poemas pertenecen a las secciones: Arte gráphica, Cármina figurata, El monstruo y su dibujante, y Galería retrospectiva de rostros femeninos en perfil perdido , de la antología Poesía reunida de Carlos Martínez Rivas.
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