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La creación

En estos días, admiradores de la causa nunca frustrada de Dimitri Schostakovish (1906-1975), han organizado festivales y seminarios alusivos a la posición del creador y de la libertad.

Joaquín Absalón Pastora

En estos días, admiradores de la causa nunca frustrada de Dimitri Schostakovish (1906-1975), han organizado festivales y seminarios alusivos a la posición del creador y de la libertad.

Dentro de muchos ejemplos que soportaron estoicamente las limitaciones de la censura en los períodos de la monarquía y de los procesos revolucionarios, un paradigma sale a relucir con una dramática historia: Dimitri Shostakovish, el ruso que fue deslindado de las influencias que ejercieron en él clásicos como Mahler, Hindemith y Stravinski y Korsakov.

Lo trataron de separar de esos antecesores porque así lo imponían los transformadores de la revolución soviética, en cuyo lapso creció con dolor hasta el extremo de ser obligado a frenar el denuedo de componer la música con la cual advino su forma intelectual considerada como elitista y burguesa.

La cámara de cultura lo obligó a extraviar la independencia para producir una congruente si era posible con el festejo popular o los airecillos de circo o la de temperamento masivo.

Pero Dimitri no se doblegó y siguió componiendo conforme sus principios con el sustento original de su “libre albedrío”, aunque por dentro incrustara de dolor su naturaleza anímica componiendo el género reclamado hasta conseguir la salvación y la glorificación de su obra llevada a la cumbre por su especialidad en las sinfonías, escritas en el secreto de la noche, guardadas incluso para ser develadas para la posteridad, puestas ahora en el escenario universal.

Por eso el círculo de amigos de la libertad creadora lo ha distinguido como el símbolo: por habérsele torturado el alma en un intento que finalmente resultó fallido.

Su vida es la respuesta afirmativa contra la censura. Las grandes obras —en tiempos de obligada revisión— como La Celestina y Don Quijote tienen esa estatura porque han pasado airosas a través del tiempo. Lo mismo ocurre con Dimitri en la constelación de la música.

Cultura

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