La Liga Árabe suspendió ayer de su organización a Siria y amenazó con otras sanciones al régimen de Bashar al Asad, porque este no pone fin a su violencia en contra de la oposición. El embajador sirio ante la Liga Árabe, Yusef Ahmad, calificó la suspensión como “ilegal”, mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la aplaudió. Durante muchos años, la Liga Árabe ha sido criticada por su falta de poder, pero eso cambió tras sus posiciones en contra del antiguo régimen libio, de Muamar Gadafi. Anoche, miles de simpatizantes de al Asad protestaron contra la decisión en Damasco.
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