Servilismo para disfrazar una mentira
Recientemente leí con tremenda indignación las inverosímiles declaraciones de José Miguel Insulza, felicitando al presidente Daniel Ortega por el carácter pacífico de las elecciones y señalando que en Nicaragua avanzó la paz y la democracia. Me pregunté si el secretario general de la OEA estaba hablando de otro país, ya que en Nicaragua las elecciones no fueron pacíficas y retrocedió la paz y la democracia.
El proceso electoral fue el más violento de nuestra corta vida republicana entre otras cosas porque:
1. Se violentó el Estado de Derecho y la independencia de poderes cuando el presidente Ortega en un afán reeleccionista desde hace años vino creando un estado subordinado a sus dictados, utilizando halagos, chantajes y amenazas; 2. Se violentó el orden constitucional al aceptar a un candidato que no podía serlo por mandato de ley expresa; 3. Se violentó el principio de legalidad al tener a magistrados de un CSE con períodos vencidos; 4. Se violentó el derecho de fiscalización de los partidos y particularmente de la Alianza PLI al retrasar o no entregar las acreditaciones a sus fiscales en tiempo y forma; 5. Se violentó el derecho a votar de miles de ciudadanos que no se les entregó cédulas ni documentos supletorios y en consecuencia no pudieron votar; 6. Se violentó el derecho de los ciudadanos a votar en su domicilio, cuando al aplicar el popular “ratón loco” obligó a muchos a viajar hasta encontrar dónde votar o desistir de ejercer el sufragio; 7. Se violentó el derecho a fiscalizar del PLI, cuando, por vías de hecho, fueron sacados de las juntas donde estaban ubicados, en contubernio vergonzoso con la Policía y el Ejército; 8. Se violenta hasta el sentido común cuando un Consejo Supremo Electoral en su primera comparecencia proporciona datos de menos del 10 por ciento de las Juntas y acto seguido da los resultados de su conteo paralelo, señalando que los nuevos resultados van a validar ese conteo paralelo. O sea que ya dio el nombre del ganador y el por ciento con que ganó. Pero lo más ofensivo fue el conteo del Consejo Nacional de Universidades, que en boca de su presidente, el ingeniero Telémaco Talavera, haciendo gala de cientificidad, transparencia, honradez, etc., legitimó muy felizmente la victoria del que le asegura el 6 por ciento del presupuesto público sin tener que rendir cuentas a la sociedad. Fue tan evidente el servilismo, el cinismo y la feria de adjetivos para disfrazar una mentira, que sentí profunda vergüenza del manoseo vulgar que se hace de la universidad.
Las declaraciones de Insulza insultan a los miles de ciudadanos que, aun conscientes del vicio en el proceso, decidimos votar para ejercer nuestro derecho a reclamar con autoridad moral. La tranquilidad no es sinónimo de paz ni el silencio es sinónimo de democracia. Los efectos de este proceso están por venir y ojalá no pringuen de sangre al señor Insulza.
Pablo Medina, Chinandega
Un final de tragedia griega
Se terminaron las votaciones del 6 de noviembre y como era de esperarse fue un final de tragedia griega: el PLC casi desaparece del mapa político y el ALN y Apre lo hicieron, unos pocos fieles difuntos van a llorar por ellos, aunque en realidad no merecen una lágrima. Pancho Madrigal vivió también su propia tragedia, aunque no tan grande, por ser la primera vez que se lanza a una campaña presidencial (5 de estas perdió Daniel y allí lo tienen tan tirano como siempre).
La institucionalidad del país quedó hecha añicos y esperamos que pronto los altos magistrados sean también barridos por la escoba justiciera de doña Rosario Murillo. Además, ya no hay nada que compartir con esos depredadores del erario y no creo que merezcan la menor solidaridad cristiana o socialista.
La Constitución pasó a ser papel higiénico usado y quedará tirada en miles de pedazos arrugados en el expandido estiércol orteguista, que ahora lo cubre todo. Todas las viejas formas de hacer política: inmoral, sucia, fraudulenta, indecente, etc. del somocismo fueron actualizadas para estos tiempos y hasta lo quieren dejar como legado a las nuevas generaciones.
Muchos inician la nueva tragedia con los mismos sueños y esperanzas de siempre: que les den algo. Aunque ya han tenido dos repartideras, que los pobres llaman revolución, no sé por qué. En la primera les dieron tierras, equipos para trabajar, crédito, ganado, tractores y armas. Solo usaron las armas, las tierras las vendieron y los instrumentos de trabajo se utilizaron durante los pleitos. En esta segunda repartición les dieron láminas de zinc, vaquitas, chanchitos, créditos para pobres y otras cositas con la idea de que reproduzcan, capitalicen y compartan. Pero el problema es que son los mismos individuos haraganes, antisociales, no pago, indigentes consuetudinarios que se dedican a pedir. Pobre Nicaragua ¡qué manadas de vagos, mendigos, aventureros y caudillos de poca monta asuelan tus tierras! No tienes futuro, has tenido tres revoluciones fallidas, muchas guerras civiles y terminarás en manos de un sátrapa y su familia.
Eduardo Cáceres
La basura ahuyenta a turistas
Recientemente (en un artículo publicado en este Diario titulado El país del nunca jamás) por el periodista Arquímedes González comentó que había visto un documental en televisión de un viaje realizado por tierra de una pareja inglesa desde Chile hasta los EE. UU. Señala esta pareja que la experiencia más desagradable de todo el viaje la tuvieron en Nicaragua. Diciendo “Nicaragua es un hermoso país, pero no pudimos tomar ninguna foto decente porque el paisaje se veía lleno, lleno de basura”, por lo que “decidimos salir de Nicaragua cuanto antes, no podíamos soportar ver cómo sus habitantes y su gobierno acaban con el país”.
Lo señalado por esta pareja no son las primeras personas que se llevan esta impresión, a menudo los extranjeros nos señalan este problema y la verdad es que siento que nunca ha habido una voluntad política de resolverlo.
Tenemos gente amable y un gran potencial natural para encantar a los turistas, nos falta infraestructura y mejorar la vocación de servicio, cosas sobres las cuales ya se está trabajando. Sin embargo, nuestro mayor problema es la basura que surge por todas partes, y que no resolveremos mientras el Gobierno central no lo haga su prioridad; el esfuerzo municipal es insuficiente.
Este problema es cultural, lo hemos arrastrado de generación en generación y tenemos que unirnos todos sin distingo de colores para resolverlo. Podría crearse una institución nacional liderada por Intur o Marena o tal vez las alcaldías que aglutinen a la empresa privada, la sociedad civil, Mined y todas las instituciones que tengan que ver con esta problemática. Lógicamente que este plan sería de largo plazo y podríamos llamarlo algo así como “La basura en su lugar”.
Si esta situación no se enfrenta de manera nacional e integral y se sigue manejando de la misma manera nunca la resolveremos y por lo tanto nunca desarrollaremos el enorme potencial turístico que poseemos y habremos perdido probablemente la oportunidad de convertir al turismo en el sector líder en la generación de divisas.
Nadie va a querer visitar un país en el cual se corra el riesgo de contraer una enfermedad debido a sus condiciones insalubres.
Lorenzo Henry Montoya D.
Ver en la versión impresa las páginas: 13 A
