Por Arnulfo Agüero
El 24 de octubre de 2011 firmó su última obra, una selva tropical en verdes musgo atrapando un cementerio de barcos enrojecidos por los óxidos rojos y naranjas. Esta imagen metafórica sobre la vida envolvente y peligrosa fue reconstruida plásticamente y tenía como referente las selvas de Iquitos, un puerto de Perú.
Para este maestro del arte latinoamericano que viajó por las selvas amazónicas desde los años sesenta y por las selvas de cemento de Estados Unidos y Europa en las décadas siguientes, su arte estaba en su memoria y en la forma de perennizarlo en la pintura para ser vista sin tiempo y sin prejuicios.
Desde sus propias pasiones y lecturas, las selvas tropicales fueron siempre un espectáculo viviente que lo sedujo, ver barcos enjaulados por las lianas enmarañadas, era ver el realismo mágico más impresionante.
En una entrevista a Literaria de LA PRENSA el pasado 12 de noviembre, habló de sus paisajes agrestes, misteriosos, profundos. Era como hablar de la vida misma pletórica de peligros, pasiones, hermetismo, y belleza.
Esta obra monográfica que había planeado presentar el año próximo en el Teatro Nacional Rubén Darío documenta visualmente tres décadas (1974-2004) de su arte contemporáneo fue editada por ArtAcatos y se encuentra exhibiéndose y a disposición del público coleccionista en galería Pléyades, así como en otros museos y galerías del mundo.
En sus páginas, firmas prestigiosas comentan el imaginario pictórico de Morales. Entre los que elogian su obra se encuentran críticos y escritores como Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, David Graven, Mirta Blanco, Edward Sullivan y George Raillard, entre otros.
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Otros de los temas conversados fue La saga de Sandino , su martirologio, su fusilamiento, la traición y la muerte; posiblemente su más grande obra de arte histórico, jamás realizada por pintor nicaragüense.
Luego vinieron las reflexiones sobre qué le motivó pintar Árbol espanto , Premio Centroamericano en pintura, 15 de septiembre de 1956.
Este era su período de abstracción, del cual años posteriores se alejó. La realidad imaginativa siempre lo atrapó, a pesar de haber explorado la abstracción figurativa, o bien el surrealismo, con elementos de pintor italiano Georgio d´Chirico.
Siempre confesó sus influencias, de este y otros pintores, también dijo nunca tenerle miedo. Cuando hay creación, memoria, calidad en la paleta del oficio el pintor, puede crear su propio universo. Y sí que lo hizo.
Su ascenso a la “repisa internacional” a como acostumbraba decir, era indetenible. Su afán de llevar a Nicaragua a la gran esfera del arte internacional lo condujo a las capitales de Francia, Inglaterra, y a ciudades como Nueva York, Nueva Orleáns.
SUS ÚLTIMOS CUADROS
En el estudio de su casa en Granada, todavía se encuentran cuadros de alta calidad plástica y de gran formato, como La anunciación , pintado sobre varias capas y en su estilo único de raspado de texturas.
También algunas obras de selvas, así como el último boceto que dejó en un caballete especial que mandó a construir para seguir trabajando hasta las últimas horas de su vida. Armando nunca dejó de pintar, aún en las situaciones más extremas.
A finales del año pasado había quedado incapacitado, no obstante su terquedad lo hacía seguir pintando y preparando la publicación de sus obras completas.
De su ciudad amada, Granada, de la cual pintó barcos, muelles y trenes, se fue, no sin antes dejar su reclamo y patentizar su enojo y dolor, cuando fue destruido el único mural que realizó en su vida, pintado hace unos años atrás en el Cocibolca Jockey Club de Granada. “Era un cosa valiosa y la perdieron…”
Su temas pintados, además de las selvas, fueron los desnudos. Sus estudios de la figura femenina son un verdadero tratado de la anatomía, con las más diversas aplicaciones cromáticas y composiciones. Esta técnica pictórica también puede apreciarse en sus bodegones de naturalezas muertas.
En el 2004 conoció a Mariana Benítez, mexicana, con quien se casó y procreó dos hijos. Desde estos años fue su asistente y le asistió en la publicación del Catálogo razonado Armando Morales.
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