Arnulfo Agüero
“Nunca dejó de trabajar, ni dio su brazo a torcer desde el punto de vista estético y político”, expresó Alberto Torres Cerrato, al expresar sobre la vida del pintor, muralista, dibujante y maestro de varias generaciones de pintores, César Caracas, quien en los últimos 30 años vivió en Miami exiliado por disentir con los sandinistas.
El pintor y muralista Leonel Cerrato recuerda que Caracas fue nombrado por el Ministerio de Educación, director de la Escuela Nacional de Bellas Artes bajo la administración de Anastasio Somoza Debayle, por lo que algunos lo tildaron de somocista.
No obstante, Caracas realizó importantes pinturas alusivas a las luchas sociales, las masacres, y las crucifixiones. El sentido de justicia e identidad del pueblo, al margen de las ideologías, quedó impreso en sus murales, pinturas y dibujos.
El mismo comandante Edén Pastora, funcionario del actual gobierno, alardea y exhibe en su casa una de sus pinturas a la que algunos le han llamado: El Grito de la Revolución, pintado en la época insurreccional, la metáfora de un héroe que grita. Esta impresionante obra en algún momento quiso ser comprada por Fidel Castro, comentó Maríadilia Martínez, esposa de Caracas.
La fuerza de su carácter y la libertad comprometida solo con el arte se aprecia en la pintura La Patria Traspasada o sus dibujos, que llamó El Atropello a la Iglesia, que aparece un miliciano sandinista pateando a un cristo crucificado e indefenso.
“Este maestro fue marginado por la revolución sandinista”, afirma Cerrato. Y eso que fue el único pintor que se atrevió a ir a visitar en las cárceles somocistas a la artista Rossy López, la que llegando el triunfo de la revolución trabajó con la poeta Rosario Murillo y el exministro de Cultura, Ernesto Cardenal”, añade.
Para Reynaldo Hernández, muralista y profesor de arte, la obra de Caracas es nacionalista porque tocó en sus pinturas la cultura popular nicaragüense. “Desgraciadamente fue víctima de situaciones políticas que le hicieron pagar costos que nada tienen que ver con su arte y vida independiente”.
Su esposa Maríadilia Martínez, en el 2005 publicó su libro César Caracas: El arte no se puede someter, en él se recoge su legado de artista. Fue presentado en el Museo de las Mujeres de Miami, y en la Feria Internacional del Libro. Los nicaragüenses todavía no conocen la obra de este artista, que pareciese continúa en el anonimato nacional.