Lucía Vargas, Roberto Mora y Gloria Picón Duarte
Uno a uno iban llegando los fiscales del Distrito Cinco de la Alianza PLI a la casa de Antonio Montoya, todos desconocidos hasta ese momento, pero con una historia común: su vivencia del 6 de noviembre, cuando fueron intimidados, vulgareados y ninguneados por los Coordinadores de los Centros de Votación y los demás miembros de cada Junta Receptora de Votos (JRV).
”Hay que agotar las vías, hay que demostrar que se las robaron, tenemos que hacer la lucha, estamos claros que nadie vendrá de afuera a hacer lo que nosotros no hacemos”, dijo Aguilar.
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Estos fiscales que ayer comentaban sus vivencias forman parte del Movimiento de Fiscales Indignados, que tiene como objetivo documentar el fraude electoral del pasado 6 de noviembre.
Los testimonios serán recopilados en cada uno de los municipios del país para luego ser presentados públicamente y pedir la anulación de las elecciones.
Irela Morales, por ejemplo, cuenta cómo trataron de apartarla de la mesa que fiscalizaba y hasta la jalonearon en el inicio de la votación, pero ella se quedó en el lugar después de que llamó a la Policía para que hicieran respetar su derecho, un caso al parecer excepcional porque los uniformados se plegaron a la administración sandinista.
Morales dice que los insultos no terminaron para ella el día de las elecciones. Han continuado. Afirma que ella es miembro del sindicato en su centro de trabajo y que ahora la quieren sacar por no ser sandinista.
Iván Urbina cuenta cómo desde muy temprano trataron de sacarlo por pedir que se contaran las boletas como lo manda la Ley Electoral, “éramos uno contra doce. Nos dimos cuentan que no había más oposición que el PLI, los del PLC se salían, se tomaban su fresco, se sentaban afuera”.
En Diriá, del departamento de Granada, unas diez personas tendrán que enfrentar cargos por delitos comunes, fueron detenidos cuando protestaban por la falta de acreditación de fiscales del PLI un día antes de las elecciones.
Giancarlo Ruiz, dirigente del PLI en Diriá, dijo que pese a que trata de llevar una vida normal en su pueblo y movilizarse libremente, luego del 6 de noviembre se siente perseguido.
Mientras tanto, en Estelí, el pasado sábado un grupo de personas al terminar la misa en la catedral y en la iglesia La Trinidad, sacaron sus carteles en rechazo a lo que consideran un fraude electoral e invitaron al pueblo a que se sume a las protestas.
Minutos después Donis Espinoza, funcionario de la Alcaldía de Estelí, se acercó en compañía de cuatro hombres, dos de los cuales empezaron a tomar fotografías a los protestantes.
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