El presidente Daniel Ortega reaccionó desde Caracas a la demanda que miles de ciudadanos realizaron ayer por las calles de Managua, para que se anulen las elecciones generales del pasado 6 de noviembre y se realice un nuevo proceso libre y transparente con un nuevo tribunal y observación electoral internacional y nacional independiente.
Durante su intervención en un encuentro de mandatarios, Ortega descalificó la marcha, defendió el 62.6 por ciento que le dio el Consejo Supremo Electoral y dijo que “si realizáramos otra elección el FSLN ganaría arriba del 70 por ciento”. La sociedad civil quiere aceptar el reto.
En la primera movilización que convoca la sociedad civil y la oposición, a casi un mes de las elecciones, participaron delegaciones de todos los departamentos del país “de manera voluntaria, espontánea y autofinanciada”, según la presidenta del Movimiento por Nicaragua (MpN), Violeta Granera. Aunque Ortega dijo a sus pares lo contrario.
El mandatario también se refirió a la resolución del Comité de Exteriores del Senado de los Estados Unidos en contra del fraude electoral como un ataque en contra de toda la región latinoamericana, que ayer aprobó la creación de una nueva entidad regional que excluye a Estados Unidos y Canadá.
Después de descalificar la demanda ciudadana de nuevas elecciones y el respaldo hecho por la Comisión de Relaciones Exteriores, Ortega argumentó a sus homólogos que “esos senadores con la mente calenturienta luego van a andar de arriba para abajo en los pasillos de la OEA para que se sumen a esta locura”.
Edmundo Jarquín, excandidato a vicepresidente de la Alianza PLI, cree que “Ortega ni siquiera fue tomado en serio por sus colegas”.
“Varios presidentes de América Latina, como las mandatarias de Brasil y Argentina o el de Uruguay, que tienen sus economías creciendo a más del doble de la economía nica, apenas han ganado con porcentajes similares al que se atribuye el FSLN y se deben estar preguntando cuál es la magia de él, que no saca a la gente de la pobreza y saca más votos”, aseguró el abogado y economista.
Granera agregó que “la sociedad civil no está interesada en los porcentajes caprichosos de Ortega, sino en la demanda de elecciones libres y transparentes y eso hasta pasa por los votos que la gente le dio a él”.
“Lo que estamos exigiendo es un derecho sagrado —dijo Granera—. Queremos que se respete la voluntad popular, nuevas elecciones con un Consejo Supremo Electoral creíble, una nueva Ley Electoral y observación nacional e internacional independiente, que no se vuelvan a burlan del pueblo”.