Por: Pablo Fletes
Miguel Cotto cumplió con su venganza. El sábado, en el legendario Madison Square Garden de Nueva York, el puertorriqueño noqueó técnicamente en el inicio del décimo round al mexicano Antonio Margarito, para vengarse de la primera derrota que sufrió ante el azteca, hace tres años.
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Cotto aprovechó todas las ventajas que tenía sobre Margarito, pero especialmente centró su ataque en el lastimado ojo derecho del mexicano, que sufrió mucho daño hace un año cuando fue derrotado por Manny Pacquiao.
Prácticamente, la misión de Cotto fue cegar a Margarito de ese ojo, y lo hizo con un destellante jab que se estrelló constantemente en el lado derecho del rostro del mexicano.
Cotto no tuvo piedad con Margarito, lo apabulló de inicio a fin, y disfrutó al máximo de esa victoria, cumpliendo con un objetivo personal en vista que en la pelea anterior Margarito ganó, pero tiempo después se descubrió que en su posterior pelea con Shane Mosley intentó usar yeso en sus vendas.
Quizás Pacquiao tuvo mucho que ver en esta nueva derrota de Margarito, porque hace un año lo sometió tanto que le fracturó el pómulo derecho, lo obligó a una operación y luego a otra operación de cataratas en el ojo derecho.
Margarito no volvió a ser el mismo después de Pacquiao, y eso lo vimos el sábado ante Cotto, quien lo lastimó a mansalva en un Madison a reventar, con poco más de 21 mil aficionados reunidos en el legendario escenario.
Margarito estaba tan lastimado de su ojo derecho, que en el inicio del décimo round el réferi Steve Smoger y el médico del ring no tuvieron más remedio que suspender las acciones.
Desde que sonó la campana, Cotto experimentó un pleno dominio en el ring, boxeando, desplazándose y contragolpeando a un Margarito más fuerte, alto y con mejor alcance.
Los mejores asaltos de Margarito fueron en el cuarto y quinto, pero Cotto volvió a su plan inicial y volvió a dominar desde el sexto al noveno round, boxeando a distancia, desplazándose mientras lanzaba golpes y atacaba de cualquier forma a un mermado Margarito sin visión en el ojo derecho, hasta que se decretó el nocaut técnico a los tres segundos del décimo round.
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