Por Amalia del Cid
Flora, fauna y grandes vistas son parte de la oferta de la Reserva Natural El Tisey-La Estanzuela, un rincón de Nicaragua que es una salvaje oda a la creación de Dios.
Ubicada a 140 kilómetros de Managua y a unos diez de la ciudad de Estelí, la reserva es un destino casi obligatorio para quien visita el norte de nuestro país. El Tisey no decepciona. En su catálogo tiene pinos, robles, flores, venados cola blanca, cusucos, pájaros carpinteros, urracas, rocas y acantilados, para que el turista pueda contemplar en vivo y directo y a todo color la belleza de la naturaleza.
Por si fuera poco, también está el famoso salto de La Estanzuela, de unos 35 metros de altura y aguas congelantes. Está cerca de Estelí, a solo cinco kilómetros.
El territorio de El Tisey alcanza alturas de hasta 1,550 metros de altura. Hay frío. Así que se recomienda llevar abrigo, tanto para realizar paseos de montaña como para pasar la noche, si es que se desea alquilar una cabañita en la Ecoposada Tisey o en la comunidad de La Garnacha.
Ahí le ofrecerán un rico café orgánico y lo invitarán a hacer senderismo. Podrá visitar a artesanos, recorrer La Garnacha, conocer el procesamiento del queso de cabra, ordeñar vacas, ver cómo se corta el café, caminar sin prisa hasta La Estanzuela, observar orquídeas y espiar aves migratorias en El Tisey. Puede hacer su sendero a caballo o a pie. Como usted quiera.
Esta es una oportunidad para acercarse a la madre naturaleza y alejarse del bullicio de la ciudad, ya sea aislándose en pareja o en grupo. La reserva lo espera con una tentadora propuesta: “Escuche el murmullo de los pinares”.
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