El máximo líder de Corea del Norte, Kim Jong-Il, de 69 años, falleció el sábado a las 8:30 de la mañana (hora local) como consecuencia de un “infarto de miocardio severo y de una crisis cardiaca” cuando viajaba en tren en uno de sus habituales recorridos fuera de la capital, Pyongyang, informó la Agencia Central de Prensa Coreana (KCNA).
Kim Jong-Il había heredado el poder tras la muerte en 1994 de su padre Kim Il-Sung, fundador de la República Democrática de Corea del Norte, instaurando así la primera dinastía comunista de la historia, en la que imperan el culto a la personalidad, la censura, las ejecuciones y las detenciones arbitrarias.
Unas horas después de conocerse la noticia, la Asamblea General de la ONU votó ayer, como lo hace cada año, una condena contra las violaciones de los derechos humanos en Corea del Norte. Esa resolución manifiesta “una muy grave preocupación” acerca de la “tortura” y las “condiciones inhumanas de detención, de ejecuciones públicas y de detenciones extrajudiciales y arbitrarias” en Corea del Norte.
Los presidentes de Estados Unidos y de Corea del Sur, Barack Obama y Lee Myung-Bak, conversaron por teléfono y acordaron reforzar la cooperación en materia de seguridad, informó la Casa Blanca.
Corea del Sur puso a sus fuerzas armadas en estado de alerta y reforzó la vigilancia en la frontera, para lo que pidió ayuda a Estados Unidos, que mantiene a 28,500 soldados en su territorio.
Ambas Coreas se encuentran aún técnicamente en estado de conflicto armado desde el precario armisticio firmado luego de la guerra de 1950-53.
En Cuba, el gobierno decretó 72 horas de duelo oficial a partir de hoy por el fallecimiento de Kim Jong-Il. Mientras, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, manifestó su pesar por la muerte del líder y afirmó que tiene plena confianza en que el pueblo de Norcorea sabrá conducir su destino.
Por su parte, el gobierno de Nicaragua abogó por la continuidad del proceso socialista que desarrolla la nación asiática desde mediados del siglo pasado.
ESPERANZAS DE CAMBIO
“Corea del Norte bajo Kim Jong-Il ha sido un infierno de derechos humanos en la Tierra”, expresó Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, al estimar que Kim fue responsable de miles o, incluso, millones de muertes a través de prisiones, campos de trabajo, ejecuciones públicas o inanición.
Ese organismo y Amnistía Internacional manifestaron cautela respecto a los proyectos reformistas del hijo de Kim y su aparente heredero, Kim Jong-Un, señalando que Corea del Norte tiene uno de los peores historiales en materia de derechos humanos, dijo Roth en un comunicado.
EL HEREDERO
La KCNA, canal privilegiado del régimen, llamó a la población a reconocer a Kim Jong-Un, quien fue revelado por su padre como su sucesor hace un año, cuando lo instaló en puestos de alto rango
“En la vanguardia de la revolución coreana se encuentra a partir de ahora Kim Jong-Un, gran sucesor de la causa revolucionaria del juche y destacado jefe de nuestro partido, de nuestro ejército y de nuestro pueblo”, proclamó KCNA.
El juche es una ideología que mezcla comunismo y autosuficiencia puesta en práctica por Kim Il-Sung.
Kim Jong-Un accede a lo más alto del poder sin que se sepa gran cosa sobre su personalidad ni sus intenciones. Según los servicios secretos surcoreanos, el joven habría nacido en 1983 de la tercera esposa de Kim Jong-Il, una bailarina japonesa, estudió en Suiza y es aficionado al baloncesto.
ECONOMÍA EN PENURIAS
Kim Jong-Il deja a su hijo una economía moribunda en un país que sufre frecuentes y graves penurias alimentarias. La desintegración de la Unión Soviética supuso el fin de las ayudas que el régimen comunista de Corea del Norte recibía de Moscú. Se calcula que en la última década del siglo XX murieron de hambre más de un millón de personas.
Además, Corea del Norte también se vio privada de la ayuda de Corea del Sur y de los países occidentales por haber desarrollado un programa nuclear con finalidades militares.
Ayer, Pyongyang realizó una prueba de lanzamiento de misil de corto alcance desde su costa oriental que, según la agencia de noticias surcoreana Yonhap que citó a un responsable gubernamental no identificado, no guardaba relación con el anuncio del fallecimiento.
INCERTIDUMBRE
La muerte del líder norcoreano despertó incertidumbre en la comunidad internacional, que se debate entre el temor a un endurecimiento del conflicto nuclear y la débil esperanza de que sirva para la apertura del hermético régimen de Pyongyang.
Según analistas, China podría reforzar su respaldo al régimen norcoreano, para evitar una desestabilización que provocaría el éxodo de miles de refugiados hacia su territorio.
La Casa Blanca llamó ayer al nuevo gobierno de Corea del Norte a cumplir sus compromisos en materia nuclear. Por su parte, la Unión Europea informó ayer que está examinando las implicaciones del cambio de líder en Corea del Norte. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, pidió a las autoridades de Pyongyang que garanticen la paz en la península coreana.
El Reino Unido pidió al nuevo liderazgo de Corea del Norte que trabaje “por la paz y la seguridad en la región” y que participe en negociaciones para la desnuclearización de la península coreana.
Francia se mostró “vigilante” ante la muerte y la sucesión de Kim Jong-Il y expresó la esperanza de que el pueblo norcoreano “pueda recuperar su libertad algún día”, según su ministro de Exteriores, Alain Juppé.