Gisella Canales Ewest
Durante tres años ha sufrido pérdidas el sector de microfinanzas. Desde 2009 hasta 2011 se extendió el efecto de la crisis financiera mundial y de la crisis local provocada por la promoción de la cultura del no pago, pero este año la suerte les puede cambiar.
El próximo 11 de enero entra en vigencia la Ley de Fomento y Regulación de Microfinanzas, la cual podría traer de la mano el inicio de la recuperación de este sector, que cerró el 2011 con una caída de un nueve por ciento.
René Romero, presidente de la Asociación Nicaragüense de Instituciones de Microfinanzas (Asomif) y gerente general de la Fundación para el Desarrollo Socioeconómico Rural (Fundeser), espera que esta ley traiga “estabilidad e institucionalidad” al sector, al proyectar una imagen positiva que genere más confianza a los fondeadores internacionales.
El sector privado espera que los cambios que vienen con la ley “permita a este sector reinyectarse de recursos, mandar una señal correcta a los proveedores de recursos en el extranjero y que eso empiece a revertir la tendencia que traemos en los últimos dos años y nos permita tener más financiamiento y llegar a más nicaragüenses”, dijo.
De lograrse, agregó, los más beneficiados serán aquellos micros y pequeños empresarios y pequeños productores que no son sujetos de crédito de la banca convencional.
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Pero dicha legislación no solo contribuirá a mejorar la gobernabilidad e imagen del sector, sino que incidirá directamente en los recursos con que cuente. La ley manda en su artículo 28 que el Banco de Fomento a la Producción (Produzcamos) establezca programas para la canalización de recursos para el microcrédito hasta por un 50 por ciento de su cartera total, que según la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras, en octubre superaba los 988 millones de córdobas.
“Nosotros esperamos que poco a poco venga la recuperación del sector, que haya una mayor confianza a nivel nacional, a nivel internacional, esperamos que el BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica) comience a desembolsar o a ejecutar su línea de financiamiento a las microfinancieras”, sostiene Romero.
Una vez entre en vigencia la ley, el poder ejecutivo tiene 60 días para proponer a tres de los cinco miembros del consejo directivo de la Comisión Nacional de Microfinanzas (Conami), nuevo órgano regulador y supervisor de las instituciones de microfinanzas. Los otros dos miembros serán propuestos por el sector privado.
Se desconocen los nombres que estaría contemplando el ejecutivo para la Conami, se espera que sean “personas idóneas”, dijo Romero.
PROYECTAN CRECIMIENTO
Pese a la caída en la cartera del año pasado, esta fue mucho menor que en 2009 y 2010, es por ello que Asomif proyecta que este año puedan volver a crecer.
Romero explica que esperan crecer un 10 por ciento en relación al 2011, cuando según resultados preliminares, se cerró con una cartera de unos 163 millones de dólares.
Pero, “es algo todavía muy limitado en relación a los crecimientos históricos, que rondaban los 30 a 35 por ciento”, admite.
El recién concluido 2011 mostró señales de recuperación para el sector al reducirse la caída de las instituciones de microfinanzas en general, y el inicio del crecimiento de varias de ellas. De las 22 organizaciones que integran Asomif, ocho tuvieron crecimiento en 2011.
Una de ellas fue Fundeser, la cual después de caer más de un 50 por ciento en su cartera (pasó de 21.5 millones de dólares en 2008 a 10.25 millones en 2010), cerró el 2011 con 12.6 millones de dólares.
“Las instituciones que logran crecer este año (2011) fueron las que tomaron medidas oportunamente durante la crisis e hicieron cambios”, comenta Romero. Algunos de esos cambios que impactaron, dijo, fue mejorar la tecnología, capacitar al personal y evitar el sobreendeudamiento de los clientes.
Para este año prevén que Fundeser recupere un 30 por ciento más de su cartera, hasta ubicarla en 16.5 millones de dólares, un crecimiento del 15 por ciento en clientes y reducir su cartera en riesgo al seis por ciento.
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