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¿Ecopoesía?

En su poemario Soplo de corriente vital (2008), Esthela Calderón se despoja de su yo poético lírico e íntimo, para asumir una poesía ecocrítica, una poesía vegetal, que crea otra existencia de su voz poética, donde la naturaleza deja de ser objeto descriptivo y enmarcado por el paisaje, para ser sujeto, sustancia vegetal y vivencial que se construye como una atmósfera verbal.

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1970
Nació en Telica, Nicaragua (departamento de León). Licenciada en comercio internacional y, actualmente, la coordinadora general del Teatro Municipal José de la Cruz Mena, en León, y coordinadora técnica de los simposios internacionales Rubén Darío, que se llevan a efecto cada año en su ciudad natal.

2001
Con su primer libro de poemas Soledad gana el primer lugar en los Juegos Florales Centroamericanos, Belice y Panamá, el libro es publicado en el 2002.
2004
Aparece su poemario Amor y conciencia. Una especie de versos lúdicos.

2006
Publica su primera novela, segunda edición de la obra se realiza en el 2010.

2008
Destaca con una poesía marcada por lo ecológico, Soplo de corriente vital: poemas etnobotánicos, ese mismo año aparece publicando como coautora, con Steven White, Culture and Customs of Nicaragua.

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Isidro Rodríguez Silva

En su poemario Soplo de corriente vital (2008), Esthela Calderón se despoja de su yo poético lírico e íntimo, para asumir una poesía ecocrítica, una poesía vegetal, que crea otra existencia de su voz poética, donde la naturaleza deja de ser objeto descriptivo y enmarcado por el paisaje, para ser sujeto, sustancia vegetal y vivencial que se construye como una atmósfera verbal.

Soplo de corriente vital de Esthela Calderón es el único poemario que desde el discurso poético femenino nicaragüense, asume como mujer el paradigma de la búsqueda humanística y holística de una conciencia crítica de lo vegetal, de lo germinal, del mundo natural, en una ecología profunda, como lo señala Fritjof Capra en su libro La trama de la vida: “La ecología profunda —no separa a los humanos ni a ningún otra cosa— del entorno natural. Ve el mundo, no como una colección de objetos aislados, sino como una red de fenómenos fundamentalmente interconectados e interdependientes”.

Esta ecopoesía es una respuesta a la destrucción de la naturaleza, donde el hombre se sitúa fuera de ella, recordemos la posición de Descartes de ver la naturaleza de una manera mecanicista, fragmentada, no como una naturaleza integradora y total entre hombre y el mundo natural. A como afirma David Piat: “Incluso la manera en que la raza humana trata al planeta, ha provocado dificultades intolerantes como la extinción de los bosques, la crisis de energía, contaminación de la atmósfera y trastornos del tiempo, la extinción de las especies entera y la desintegración progresiva de los lagos”.

Otro elemento esencial de este poemario, es la identidad aborigen de la naturaleza que rescata el concepto natural, como parte de la cosmovisión del mundo en su doble variante vida y cultura. Estas variantes poéticas forman un todo en el poemario Soplo de corriente vital , una gramática ecológica través de la palabra poética, en una aurea de concepto místico, en esa relación sagrada con que debe de ver el hombre al mundo natural. En Soplo de corriente vital de Esthela Calderón, los versos florecen, las metáforas retoñan, huelen los poemas a madroños, poesía untada de cortezas, llena de soplo de la vida, en la trama de la vida.

Cultura Ecopoesía archivo

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