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Tin Tin regresa

Sí, el estreno ruidoso y mundial de la semana es ver a Sherlock Holmes. En otra ocasión dedicaremos nuestra tintas sobre el amanerado detective de Robert Downey Jr, pero no podemos dejar pasar la oportunidad de recomendar no perderse ver la primera sorpresa del año en los cines nacionales, la artificiosa adaptación de Steven Spielberg de Tin Tin, un clásico de los comics europeos.

Moisés Martínez

Sí, el estreno ruidoso y mundial de la semana es ver a Sherlock Holmes. En otra ocasión dedicaremos nuestra tintas sobre el amanerado detective de Robert Downey Jr, pero no podemos dejar pasar la oportunidad de recomendar no perderse ver la primera sorpresa del año en los cines nacionales, la artificiosa adaptación de Steven Spielberg de Tin Tin, un clásico de los comics europeos.

Tuve la oportunidad de leer los libros de Hergé cuando estuve de estudios en Madrid. Antes solo conocía del personaje a través de una simplona serie animada de televisión. Eran historias de argumento fácil, con mucho componente político. Pero que conservaban la esencia del sentido de la aventura de los grandes clásicos de la literatura. No me cautivaban, pero si entretenían.

Spielberg declarado admirador del personaje, en su búsqueda por ser fiel al comic, decidió apostar a la animación por computadora para recrear las aventuras del valiente periodista. La decisión no pudo ser mas que acertada. La manufactura digital alcanza niveles de perfección que usted no habrá visto en pantalla. Las facciones de los actores confluyen en armonía con la esencia de los personajes originales. Los trazados son tan exactos y vivos que parecieran bocetos parlantes de Alex Ross. Aún no pueden igualar la emoción del cine en carne y hueso, pero es un peldaño importante en el camino a la perfección animada.

¿Y la historia? Tiene todos los elementos necesarios para mantenerlo entretenido. Fiel a los personajes y al comic, los píxeles de la cinta logran recrear el vertiginoso ritmo de una buena película de aventuras, que inevitablemente recuerdan los mejores tiempos de Indiana Jones. La partitura de Jhon Williams le da el toque musical perfecto. La secuencia sin cortes de una persecución en una ciudad en Marruecos lo hará sentir parte de un buen vídeo juego. Tin Tin flaquea al final en un frenesí de destrucción, pero a esa altura usted ya habrá sido testigo del mejor arte animado en computadora en las comerciales pantallas de cine del país. Buena

Cultura Tin Tin archivo

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