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Juglar de cajas chinas

“ Resulta que Poemas feos o el Evangelio según Juan Chow , lo escribí pensando que no iba a estar vivo cuando lo terminara”, confiesa Juan Chow, pensando que iba a morir en agosto del 2002, el que hasta había escrito su epílogo final titulado Última página , que dice: “El sitio donde vas a / morir si no prosigues.”

Arnulfo Agüero

“ Resulta que Poemas feos o el Evangelio según Juan Chow , lo escribí pensando que no iba a estar vivo cuando lo terminara”, confiesa Juan Chow, pensando que iba a morir en agosto del 2002, el que hasta había escrito su epílogo final titulado Última página , que dice: “El sitio donde vas a / morir si no prosigues.”

Pero cuando pasó la fecha señalada le dio miedo, entonces quiso ponerle una trampa a la muerte al escribir Caso de vida o muerte , con 99 poemas, porque su situación, era de “vida o muerte”, confiesa entre risas.

Este poemario Caso de vida o muerte , que es parte de los ochos libros inéditos, contiene un epílogo titulado: Epifanía , escrito el 12 de noviembre del 2011, y dice: “No busquen entre los / muertos a los vivos, les / dijo en la salida de la / trucada uva de María. Este fue escrito con la intensión de sentirse librado de su fallido y temerario pronóstico de ars moriendi.

Hoy el poeta Juan Chow Arcia (Managua, 1956) con alegría y salud argumenta y defiende su idea que la poesía debe responder ante la vida diaria, y vivirla escribiendo cada vez que le llegue la musa, aunque lo llamen “loco”.

“Abandoné la forma de poesía de imágenes, ornamental y descriptiva, por una de la sugerencia, precisión, y humor con inteligencia y belleza”, afirma el autor de Oficios del Caos y otras versiones (2005), poemas vistos por él como un laboratorio de imágenes surrealistas, dos veces editado. “Hice imágenes de las imágenes, eso es como en la “caja china”, de una caja sacás otras”. Ahora, sostiene, su escritura es parca y sólida, como una “bomba atómica que es una chochadita pequeña, pero que pesa bastante”.

“El lenguaje de la sugerencia me atrapó, y eso tiene que ver con Carlos Martínez Rivas, que decía “no decirlo todo, más todo sugerirlo”. Lo que yo quiero es que cuando me lean me vuelvan a leer”, explica el fundador de las desaparecidas revistas literarias Ojo de papel , y Las Palabras Sobran .

Paredes vivas

Escribe sus poemas en las paredes de su casa. ¿Es un ejercicio de brevedad?

[doap_box title=”Poesía” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

1986 – Oficios del Caos
2001 – La inteligencia del alacrán y otros boleros
2001 – Retórica del seductor
2003 – La paja en el ojo
2004 – El amor razonado
2005 – Oficios del Caos y otras versiones (segunda edición ampliada)

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Esa es una opción que los maestros nos han brindado, y ya no nos bastan las páginas de los cuadernos. Te acuerdas tú que Carlos Martínez Rivas en su casa escribía cositas así, desgraciadamente la borraron.

Escribo esto, porque a veces no quiero abrir cuadernos ni leer páginas, entonces escribo y leo lo escrito en las paredes. Las paredes están vivas, y uno estéticamente tiene que ver el mundo que nos rodea. Esa es la onda.

¿También ha dado a conocer sus poemas en manuscritos?

No se si fui el primer poeta que comenzó con esto de vender sus poemas manuscritos. He vendido mis poemas en cuadernos por cien dólares, es como lo hacen los artistas de las bellas artes que venden sus originales, su obra. Así el artista vende su obra a mano pelada, sobreviviendo en este mundo. Un manuscrito es como tu sangre.

¿Ha dedicado su vida a la poesía?

En realidad no lo decidí, lo que hice fue tomar en serio. La vida me llevó a escribir locuritas poéticas, imitando las armonías de Rubén Darío, Gustavo Adolfo Bécquer, Pablo Neruda y sus 20 poemas de amor. Me atrajo la forma como lo decían, y llegó un momento que me dije esto es lo mío, me jaló y lo tomé en serio, con conciencia de artista.

En 1975, me publicaron un poema en La Prensa Literaria, recuerdo que estaba Rosario Murillo de secretaria de Pablo Antonio Cuadra y Pedro Joaquín Chamorro, ella me atendió. Y Beltrán Morales lo leyó y le gustó, él era poeta temido en esa época, eso me ayudó a tomar en serio mi poesía.

¿Beltrán lo influenció?

Sí, pero en la manera de asumir mi trabajo, con seriedad y religiosidad, y de las ideas que el “arte no es una cuestión de adornos”, sino que era una cuestión de vida. A Beltrán le decían loco para rebajarle sus opiniones, igual caso le ocurrió al loco Selva. Beltrán anduvo diciendo que yo era un “genio” (sonríe al recordar esta expresión). La ironía de Beltrán tiene raíces, ironía de Ernesto Mejía Sánchez, la ironía de Carlos Martínez Rivas, es una tradición la ironía en este país.

¿Cómo llega a Carlos Martínez Rivas?

Lo conocí tarde, cuando entré en la universidad. No sabía quien era él. Compré el libro la Insurrección solitaria, porque oía a Lilly Soto y Carlos Rigby, hablar de nuestro “héroe”. Lo comencé a leer, y estuve leyéndolo, me atrapó, era un libro de una poesía que no existía en este país.

Insurrección solitaria , es un libro que toma de Rubén Darío, es preciso y preciosista. Los versos de Darío estaban bien engarzados. Entonces cuando leo a CMR veo el precisismo, preciocismo, y su barroquismo, y eso es una lección para cualquier artista. Muchos de mis aforismos, que son poemas, han sido intelectualizados, son precisos, y escritos con humor.

¿En sus libros hay una ética del arte?

Ética lúdica, es un breviario, una valoración panorámica del arte nicaragüense, en pintura y literatura. No es didáctico, sino que discursa sobre la belleza. También imparto clases de ética en el Instituto Nicaragüense de Cultura, pero es para sobrevivir, no me pagan por ser poeta, y a quien le paguen por eso, es porque tiene algún apellido.

¿Con ocho libros inéditos, cual encabeza la lista?

El que me financien.

Oficios del Caos La inteligencia del alacrán y otros boleros Retórica del seductor La paja en el ojo El amor razonado Oficios del Caos y otras versiones (segunda edición ampliada)

Cultura cajas chinas archivo

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