Eduardo Cruz
Tania Arita, funcionaria de la agencia Manpower, que recluta personal en todo el área de Centroamérica, expresa que es recurrente la discriminación a dos tipos de personas especialmente: las de mayor edad o las que tiene alguna discapacidad física. “Después de 35 años, ya no los contratan (a los candidatos a un empleo)”, dice Arita, quien señala que el problema no es solo en Nicaragua y que por ello Manpower tiene un programa que se llama Caminemos Juntos.
En ese programa se sensibiliza a las empresas sobre las personas mayores, sobre las cuales se les presenta historias de personas exitosas después de los 35 o 40 años y que son de alto rendimiento en los cargos que ocupan en sus respectivas empresas.
Según un estudio que realizó Manpower, el adulto mayor juega un papel importante en el desarrollo de las empresas, ya que la mayoría funciona como “coaches” o entrenadores del personal más joven y que no cuenta con mucha experiencia.
Un elemento a favor de las personas de edad, según Arita, es que son potencialmente más leales a sus puestos de trabajo. Debido a la dificultad con que lo obtuvieron, se muestran más colaboradores y se convierten en empleados más leales.
[/doap_box][doap_box title=”“Nunca hemos tocado ese tema”” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
El Ministerio del Trabajo no está realizando ningún plan para mermar el impacto de la situación. Tampoco hay leyes que regulen el tema y en la Asamblea, donde se forman y se aprueban las leyes, no hay ninguna iniciativa en ese sentido. “Nunca hemos tocado ese tema”, dice el exdiputado Carlos Noguera, quien fuera hasta hace poco presidente de la Comisión Laboral del parlamento nicaragüense.
“No hemos tenido presiones sobre ese tema”, agrega el diputado Noguera, quien señala que en la Comisión Laboral en los últimos años solo se ha abordado el tema de los despidos que hace el Gobierno sin pagar prestaciones, y también el tema de la Ley de Tercerizados, que son aquellos empleados que son subcontratados por una empresa que a su vez es contratada por otra empresa que no quiere tener obligaciones directas con el trabajador.
Noguera considera que el problema de las personas mayores de 40 años que se les dificulta encontrar empleo es complejo, ya que sería considerar a la gente como “desecho” y por tanto se necesita un análisis muy profundo, ya que por otro lado las empresas contratan de acuerdo a sus necesidades. “Sería complicado hacer ese análisis”, dijo.
Sobre los anuncios en los clasificados de los periódicos, con rangos de edades para los aspirantes a un empleo, Noguera señaló que “no existe una ley que te diga que no podés poner ese anuncio, y además está la libre contratación. Habría que ver en qué momento un derecho roza con el otro. Se vuelve complejo”, señaló.
[/doap_box][doap_box title=”Es tema que poco se trata en Nicaragua” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
En otros países los gobiernos apoyan a las empresas que contratan a personas mayores de 40 años, otorgándoles subsidios y también existen varios Organismos No Gubernamentales dedicados a apoyar a estas personas con talleres y programas para hacerles más fácil el camino hacia el empleo, indica Ibarra.
El problema en Nicaragua llega al límite de que tampoco se han realizado investigaciones serias por parte del gobierno y de otras instituciones para tratar de conocer la realidad de la situación. “No se ha puesto el dedo en la llaga”, señaló Ibarra.
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Daniel Quintana es contador comercial, técnico en operador de computadoras, ha trabajado como asistente administrativo y acaba de terminar un curso de reparación de teléfonos celulares en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).
Tiene 51 años de edad y se siente capaz de realizar cualquier trabajo en los que tiene experiencia y conocimiento, sobre todo en el plano intelectual. Pero tiene un problema: ha metido su hoja de vida en muchas empresas, y ninguna lo ha llamado para darle una oportunidad de trabajo.
A Quintana le preocupa porque además de que tiene un hogar que sustentar, le hace falta mucho para completar las cuotas necesarias para jubilarse a los 60 años y gozar de una vejez tranquila. Y peor se siente ahora que escucha tambores de que se va a aumentar el número de las cotizaciones en el Seguro Social y también la edad para jubilarse hasta los 65 años.
“He metido hojas de vida por todos lados. A través del tiempo se hace más difícil la situación. A mi edad ni siquiera me llaman”, comenta.
Algo que hace muy frecuente Quintana es revisar los periódicos. Allí, en las páginas amarillas, suele buscar oportunidades de trabajo. Pero a veces sale golpeado cuando revisa esas páginas. “Se necesita contador con experiencia, entre 25 y 35 años”, lee en los clasificados del periódico, y la parte en la que dice que la persona no debe ser mayor de 35 años le pega fuerte.
“Es como si le meten a uno una cuchillada, como que le dicen ‘no servís’”, dice Quintana, quien considera también que una posible reforma a la ley de Seguro Social, elevando el número de cotizaciones y aumentando la edad para jubilarse, “sería la mayor ladronada que le pueden hacer a los trabajadores”.
Quintana siente que las autoridades del país están fallando en velar por los derechos laborales de las personas. “Mire, no sé cómo lo va a tomar usted, pero yo veo que todos los presidentes, desde Bolaños, Alemán, inclusive el que tenemos ahora, el presidente Ortega, son personas mayores de 62 años, y ahí están dirigiendo el país, y a uno, que somos menores que ellos, no nos dan chance de trabajar”, termina comentando Quintana y de paso le da su refilón a los diputados: “Los diputados solo llegan a dormir a la Asamblea”, dice.
Un problema histórico
El que a las personas que son mayores de 35 o 40 años no les quieran dar trabajo es un problema histórico, indica Carlos Guadamuz, asesor legal del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), y se debe en gran parte a que a esa edad es cuando las personas ya conocen cuál será su “cruz”, es decir, los padecimientos crónicos que le atacarán el resto de su vida y por los cuales vive pidiendo subsidios.
Sin embargo, a todas luces la situación bien se puede clasificar como una violación a los derechos humanos de los nicaragüenses, estima Guadamuz, ya que la Constitución y el Código Laboral establecen el derecho al trabajo por igual para todos los nicaragüenses. Guadamuz agrega que, aunque el nicaragüense no denuncia el hecho de que no le den trabajo, el Ministerio del Trabajo (Mitrab) debería velar por ese derecho.
Uno de los grandes problemas, según Guadamuz, es que si a las personas mayores de edad se les dificulta encontrar trabajo, tendrán poca probabilidad de completar las cotizaciones al Seguro Social necesarias para recibir la jubilación, y una trampa que está cometiendo el INSS actualmente es que en ocasiones otorga pensiones por invalidez parcial, y cuando se está acercando la fecha para que esa pensión se vuelva vitalicia, la suspende y de esa manera se ve obligada a buscar trabajo, pero ya no es tarea fácil.
Algo así le ocurrió a Rosa Aurora López Martínez, quien recibió una pensión por invalidez parcial, pero ahora se la suspenden y está obligada a buscar trabajo para poder completar los requisitos para su futura jubilación.
“Es una mala política”
En los países desarrollados se aprecia mucho la experiencia y el conocimiento de los trabajadores, considera el analista económico René Vallecillo, quien es de la opinión que el hecho de descartar a las personas mayores a los 40 años es una mala política de las empresas.
“No hay valoración de la experiencia y la alta calidad del trabajador. Debería de haber políticas de apoyo para estas personas (de edad media que se les hace difícil encontrar trabajo)”, expresó Vallecillo.
A juicio del economista, las empresas suelen descartar al personal de más edad, porque tiene la concepción errónea de que no obtienen beneficios de las personas mayores de 40 años, o que estas pronto se jubilarán y les ocasionarán gastos. “Es una visión miope, a los jóvenes sin experiencia tampoco los quieren contratar”, afirma Vallecillo.
Así como Daniel Quintana, son muchos los nicaragüenses que viven la pesadilla de llegar a los 40 años y saber que buscar trabajo no será la experiencia más dulce de sus vidas. Como el mismo Quintana dice: “A través del tiempo la situación se vuelve más difícil”.
“En el radar nuestro no ha salido”
Para el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, el tema de las personas mayores que no hallan trabajo es algo que ni siquiera le había pasado por la mente. “No lo hemos abordado (los empresarios), en el radar nuestro no ha salido”, dijo Aguerri.
El líder de los empresarios nicaragüenses indicó que cada empresa asociada al Cosep tiene sus propias políticas individuales, por lo que el gremio generalmente no aborda ese tipo de situaciones. “Eso es opcional, no es un tema que esté en el radar nuestro”, afirmó.
Empleo por cuenta propia,la salida al problema
Al menos siete de cada 10 personas que sobrepasan los 40 años se forjan su propio empleo, ante la dificultad de encontrar un empleo formal. “A partir de los 40-46 años el empleo por cuenta propia se convierte en la principal categoría de ocupación, y a partir de allí sigue aumentando con fuerza, hasta llegar a representar casi el 60 por ciento de la ocupación, estima el economista Adolfo Acevedo.
Según el economista, parece que el trabajo asalariado tiene una tendencia creciente como porcentaje del número de trabajadores por grupo de edad hasta los 25-31 años, cuando se convierte en la categoría ocupacional de más peso relativo, y a partir de allí su participación comienza a declinar, aunque hasta los 32-39 años sigue representando la mayor categoría de ocupación. Pero a partir de allí declina con rapidez, y pierde significación. Esto refleja el hecho de que, con la edad, comienza a resultar cada vez más difícil encontrar un empleo asalariado.
“Es una lucha en contrade un sistema”
“La limitante (para que te dejen o no en un trabajo) está en la mente. Hay gente con actitud positiva, que demuestra que es buena y la dejan”, opina Nelson Cortez, el gerente de una oficina que se llama Centro de Recursos de Empleo y que está ubicada en el edificio seis, segundo piso de Ofiplaza, al sur de la rotonda El Periodista.
Cortez señala que en dicha oficina trabajan para ayudarles a otras personas a encontrar empleo y es un hecho que a las personas de mayor edad siempre se les hace más difícil, pero se les aconseja que esa debilidad la pueden convertir en una fortaleza.
Por ejemplo, dice Cortez, si en la entrevista al candidato se le pregunta ¿qué considera que es una de sus debilidades?, el entrevistado podría decir: “Alguna gente piensa que mi edad es una debilidad, pero yo pienso que mi experiencia aporta madurez y una personalidad más firme a la empresa en la cual yo dé mis servicios”.
Para Cortez, el que a las personas de mayor edad les cierren las puertas a la hora de buscar un empleo, es algo que va más allá de los empleadores mismos. “Es una lucha en contra de un sistema”, afirma.
El próximo 26 de enero, a las 1:00 de la tarde, en el Centro de Recursos de Empleo iniciará un taller para desempleados.
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