Bruselas/EFE
El acuerdo de asociación negociado entre la Unión Europea (UE) y seis países de Centroamérica se acerca al fin de su largo periodo de tramitación y en las próximas semanas será examinado por el Parlamento Europeo (PE), que prevé pronunciarse sobre el mismo en septiembre próximo.
Fuentes parlamentarias indicaron a Efe que está previsto que el acuerdo de asociación llegue finalmente al Parlamento Europeo en las próximas semanas, de forma que los eurodiputados puedan elaborar un informe sobre él y, según se prevé, pueda ser votado en la comisión de Comercio Internacional en junio y, en el pleno, en septiembre.
A partir de ese momento, si la Eurocámara lo respalda, el acuerdo podrá ir entrando en vigor progresivamente en los países centroamericanos cuyos parlamentos le vayan dando el visto bueno, y de forma provisional hasta que los parlamentos nacionales de los Veintisiete hagan lo propio, explicaron.
En mayo de 2010, durante una cumbre UE-Centroamérica celebrada en Madrid, la Comisión Europea por un lado, y Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala y Panamá (país que actuaba como observador pero que finalmente se incorporó al tratado), por otro, escenificaron el cierre de las negociaciones tras meses de intensos trabajos.
Más de 20 meses después de esa ceremonia, el texto sigue a la espera de pasar la prueba del Parlamento Europeo, el punto de inflexión para que finalmente pueda entrar en vigor.
Durante este tiempo, siguiendo las normas comunitarias, el acuerdo, el primero que la UE cierra con otra región y que abarca el diálogo político, la cooperación y el libre comercio, ha tenido que ser traducido a las 23 lenguas oficiales de la Unión y sometido a una estricta verificación jurídica, lo que se ha demorado bastante al haber sido negociado el texto original en español y en inglés.
La tardanza en este procedimiento motivó el envío en diciembre de una pregunta parlamentaria a la Comisión Europea -la institución responsable de la negociación del acuerdo en nombre de los Veintisiete- por parte del eurodiputado español del Partido Popular Pablo Zalba, junto a otros diputados conservadores y socialistas.
En concreto, querían saber si había la posibilidad de recortar ese periodo de tiempo, el mismo que se lleva tramitando igualmente el tratado de libre comercio concluido entre la UE y Colombia y Perú, para no quedar en “desventaja” con otros grandes competidores comerciales como Estados Unidos, que no tienen la imposición de tener que traducir los acuerdos a tantos idiomas.
El Tratado de Lisboa, que rige la normativa de la UE desde el 1 de diciembre de 2009, ha otorgado al Parlamento Europeo poder colegislativo de cara a aprobar acuerdos comerciales con terceros países, si bien sólo le permite dar un “sí” o un “no”, sin la posibilidad de introducir ninguna enmienda que modifique el documento.
Algunos eurodiputados, como el español Ra l Romeva, de grupo de Los Verdes, han criticado precisamente que el acuerdo se haya negociado “con opacidad” y “sin tener en cuenta la opinión” de la Eurocámara, dijo a Efe.
Por otra parte, lamentó que, a su juicio, el acuerdo haya primado el libre comercio sobre los pilares de gobernanza y cooperación, y que no se hayan valorado suficientemente las “asimetrías” entre las dos regiones.
“En la práctica, serán las empresas de capital europeo las que sacarán el gran beneficio”, comentó, y señaló que “no está claro” que las poblaciones centroamericanas más vulnerables vayan a obtener la misma rentabilidad del acuerdo