Fabián Medina
Un libro. Tres volúmenes. 1,700 páginas. Once años de trabajo. Mónica Baltodano quiere con sus Memorias de la lucha sandinista rescatar la historia del enfrentamiento a la dictadura somocista de “las versiones interesadas y falsificadas” que están apareciendo. Es la voz de los protagonistas, a través de 80 entrevistas, originalmente realizadas para un programa de radio y luego pulidas para hilvanar unos 50 años de nuestra historia. Desde 1930 aproximadamente hasta 1979.
Mónica Baltodano es una comandante guerrillera que se integró formalmente al Frente Sandinista en 1972, cuando tenía 18 años. Antes trabajó en el movimiento estudiantil y en los barrios marginales. En 1977 fue hecha prisionera y torturada en las cárceles somocistas. Ahora critica duramente al gobierno del Frente Sandinista, partido del que salió y del que dice queda “muy poco de aquellos principios”.
Este libro trata, dice, “del sandinismo de antes. Esos muchachos que nos conmovieron por su renuncia, por su ejemplo, por su incorporación desinteresada. No son el Frente Sandinista de hoy. Y no hay ninguna manera de asimilarlo”. Reconoce que la obra tiene “propósito subversivo porque la historia enseña”.
:::¿Cuál es el propósito de este libro?
Cuando lo comencé mi propósito era que la historia de la lucha contra la dictadura somocista no se perdiera, no se redujera a versiones interesadas y falsificadas. Hacer justicia con tantos muchachos y muchachas que se metieron a la lucha por conciencia, por decisión personal y que perdieron su vida.
:::Versiones interesadas
Para los últimos años de trabajo ya había un evidente interés en tergiversar la historia y colocar a unos cuantos personajes como los actores de toda esa gesta. Ya estaba ocurriendo en Nicaragua el cierre de los espacios democráticos. No creo que estemos en una dictadura, pero hay un proceso de construcción dictatorial.
Porque no es verdad que el somocismo fue una dictadura basada estrictamente en la represión. Comenzó por cerrar espacios democráticos, por aplicar medidas populistas Somoza aplicaba los rituales democráticos, hacía elecciones, lo que pasa es que se las robaba, había separación de poderes, pero no eran independientes, también hizo medidas populistas, dictó el primer código del trabajo, favoreció el voto de la mujer, el somocismo no se puede reducir a sus formas de expresión que tuvo al final.
:::¿El somocismo fue popular en algún momento?
Claro. El somocismo hasta unos meses antes de su derrota tenía respaldo popular. Y cuando comenzó el somocismo hubo tal respaldo que incluso sectores conservadores, de la denominada izquierda, lo respaldaron.
:::¿Cuál sería a su criterio entonces el germen de su destrucción?
Comienza con su afán de retener el poder por encima de la voluntad popular.
:::¿Qué diferencia establece entre el Frente Sandinista y los grupos que se le oponían al somocismo?
La obra incluye 80 entrevistas, escogidas entre unas 200 que se realizaron para un programa radial.
Esta publicación contó con apoyo de la Fundación Rosa de Luxemburgo, una de las más reconocidas fundaciones de izquierda en Alemania.
“El apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo hace posible que ahora podamos tener la obra para entregarla gratuitamente a las escuelas y universidades, y que pueda acceder mucha gente que no la pudo comprar en el primer tiraje cuando valía 40 dólares en los supermercados, señala Baltodano.
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El Frente Sandinista solo puede surgir en el 62. Pero los primero brotes antisomocistas habían sido liberales independientes. El Frente surge después de la revolución cubana, cuando se pone en evidencia que por la vía de la lucha armada se puede aniquilar una dictadura.
:::¿Después de 11 años de investigación, descubrió algo que no supiera al ver las entrevistas en conjunto?
Confirmé varias hipótesis. La lucha fue una lucha larga. No fue de la noche a la mañana. Quienes quieren ver la epopeya de la revolución solo en su fase final, estarán desmentidos en esta obra. Segundo, que no fue una lucha militar nada más, de “vuela tiros”. La lucha tuvo fase política, no fue solo de sandinistas.
Descubrí que hubo mucho trabajo de penetración, que hubo muchas muertes sobre todo de la Dirección Nacional, cuyas muertes fueron el resultado del trabajo de penetración. Me pregunto por qué no hubo un esfuerzo de investigación posterior que develara quiénes fueron los infiltrados.
:::¿Agentes de la seguridad somocista que eran miembros del Frente Sandinista?
Sí. Yo relato un caso que me tocó capturar. El aceptó haber sido quien entregó a José Benito Escobar, y me entregó a mí y a Bayardo Arce, es responsable de la muerte de Juan de Dios Muñoz Era del Frente Sandinista, lo captura la guardia y lo libera a cambio de que se convierta en un informante.
:::¿Lo ejecutaron?
No. Yo lo capturo, y por cierto sí me dieron ganas de ejecutarlo, pero lo traemos y lo juzgamos. Eso fue en el 79 cuando lo fui a capturar, era miembro de la junta municipal. Como él había muchos. La muerte de Pedro Arauz, la de Eduardo Contreras, todas fueron obra de infiltración.
:::¿Y la de Carlos Fonseca? Se dice que fue conducido a una trampa
La muerte de Carlos Fonseca parece casi como una casualidad relatada por todos los que estuvieron en el entorno de ir a recogerlo.
:::¿No fue extraña su incursión en la montaña?
Como no. Carlos Fonseca jamás debió entrar a la montaña. Era un hombre mayor, de más de 50 años, que no tenía condiciones físicas para la dureza de la lucha en la montaña, era casi ciego, y por todas las entrevistas que hice, porque bastante pregunté eso, me queda la impresión que la decisión en última instancia fue de él. Fue una decisión que no debió tomar, y en la que están involucrados Tomás Borge, Pedro Arauz Palacio Henry Ruiz dice que él no participó porque él delegó mucho en Carlos Agüero, lo cual para mí es cuestionable.
:::¿Hubo ejecuciones a lo interno del Frente Sandinista?
Una de mis conclusiones es que el Frente Sandinista no practicó como otros movimientos guerrilleros, la pasadera de cuenta interna. Si bien hubo casos, como el de Chicho Zepeda, fue un acto precipitado, injusto, que de ninguna manera estuvo justificado, no llegué a encontrar eso como una conducta repetitiva. Yo resalto que más bien después del triunfo se dieron actos de fusilamientos, en algunos casos de muertes masivas que no eran la práctica oficial. Y cuestiono que se haya juzgado y hayan sido muy duros con los militares de menor rango o colaboradores y, en cambio, la revolución nunca juzgó a Somoza ni a Anastasio Somoza Portocarrero, lo que hace que cualquier día de estos él pueda venir.
:::¿Se refiere a un juicio formal?
No, no hubo juicio formal contra los principales mandos militares, comenzando por “El Chigüín” y por el propio Somoza.
:::¿Cuál fue el peso real que tuvo Daniel Ortega en estos años guerrilleros?
Él estuvo en los procesos de formación inicial del Frente desde muy jovencito, desde secundaria. Un rebelde activo. En esas operaciones que se realizaban entonces él cae preso, yo creo que él es uno de los prisioneros sandinistas que estuvo más tiempo preso, sale hasta en el 74 y sufrió tortura. Tiene secuelas de los culatazos de la guardia. Cuando él sale va con todos los liberados a Cuba y ya después su rol directo, digamos alrededor de unidades de combate, es absolutamente menor.
:::Pero sí era un militante importante.
Era un miembro de la dirección histórica que permaneció fuera. Y por eso no le pueden atribuir a él la conducción de ninguno de los frentes como lo quieren poner ahora en los murales. Incluso dentro de la tendencia insurreccional tuvo muchísima más relevancia Humberto (Ortega), (Víctor) Tirado, Joaquín Cuadra…
:::¿Qué similitudes encuentra ahora con el pasado?
Existe una persona que, a través de un proceso complejo, ha conseguido controlar este país. Controla a la fuerza política que se sigue llamando Frente Sandinista, pero que desde el punto de vista de valores sandinistas no queda ya mucho de eso.
:::Decía la doctora Vilma Núñez que “Ortega es peor que Somoza”.
Somoza hizo todo esto más lento. Yo creo que hoy Daniel ha acumulado más poder en 20 años que el poder que acumuló Somoza. (Nicolae) Ceausescu y su mujer (dictadores rumanos fusilados en el 89) le quedan chiquito en lo que se refiere al afán de control absoluto. Es un absolutismo prerevolución francesa, porque no tiene límites. Pasa por encima de la Constitución, por encima de las leyes, por encima de las instituciones, por encima de sus propios compañeros
:::¿Y hasta cuándo cree se mantendrá así?
Una de mis conclusiones es que los poderes, los autoritarismos concentradores tienen final siempre. Lo que yo quiero es que no tengamos que esperar otros 40 años como tuvimos que padecer con Somoza. Yo creo que existen en el país reservas entre el propio sandinismo, entre los liberales, dentro de los sin partido como para estudiar adecuadamente la historia y tomar medidas.
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