Lucydalia Baca Castellón
Nicaragua está destinada a seguir pagando precios más altos por la electricidad que otros países, ya que aquí la construcción de infraestructura para generarla cuesta en promedio unos tres millones de dólares más por cada megavatio, que en el resto del continente.
1.3 millones de dólares será el costo de inversión por megavatio generado por el proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, en Chile, el cual generará 530 megavatios. Igual costo tendrá el megavatio generado por Angostura, también en Chile, planta que producirá 316 megavatios.
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El economista Adolfo Acevedo señala como ejemplo de esta disparidad, que mientras en la hidroeléctrica Tumarín se invertirán 1,100 millones de dólares para producir 253 megavatios (4.3 millones de dólares por cada mega), en Ecuador la hidroeléctrica Sopladora invertirá 672 millones de dólares para producir 487 megavatios (1.3 millones de dólares por cada mega).
Aunque para el economista la diferencia es llamativa, el presidente de la Cámara Nicaragüense de la Construcción, Benjamín Lanzas, y empresarios vinculados al sector, alegan hay dos factores que influyen en los altos costos.
Por un lado el “aislamiento del proyecto”, que se ubica a más de 300 kilómetros de la capital, en el municipio de la Cruz del Río Grande, en la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS).
OBRAS ADICIONALES
El proyecto Tumarín incluye la construcción de un puente muy grande sobre el Río Grande de Matagalpa, más de 50 kilómetros de carretera para unir San Pedro del Norte con Tumarín y la reparación de más de 80 kilómetros de caminos.
Añaden que se debe comprar tierra para construir un nuevo poblado donde se ubicará a las más de 3,000 personas que serán desplazadas de Apawás.
Lanzas y los empresarios coinciden en que a esos costos hay que agregarles las alzas que han sufrido los materiales de construcción, el acero, maquinaria y el transporte, producto de los incrementos del petróleo, y recordar que para dicha construcción debe llevarse desde Managua todo el material que se ocupará.
epresentantes de la Cámara Nicaragüense de la Construcción (CNC) y de empresas constructoras justifican que la inversión en plantas de generación hidroeléctricas es más elevada, pero estas son “más nobles, duran más años y hay más tiempo para amortizar la inversión”.
La inversión más barata, apuntan, es la que genera energía térmica, pero dura un promedio de ocho años, mientras que una turbina hidroeléctrica puede durar unos 50 años.
El acuerdo para la construcción de Tumarín fue suscrito entre las autoridades del Ministerio de Energía y Minas y empresarios brasileños el 31 de julio de 2008. En ese momento se dijo que el proyecto empezaría a funcionar este año, pero apenas se está construyendo.
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