Leonardo Morales
Los números obtenidos por Arnoldo Alemán como candidato presidencial, hicieron el milagro de despertar las conciencias de una buena parte de los militantes del PLC. Hago esta aseveración después de ver cómo el concejal Leonel Teller, el exdiputado José Pallais y otros han salido al frente de los intentos de Alemán de reeditar un nuevo pacto con Daniel Ortega. El primero denunciando las intenciones pactistas del líder y el segundo, al haber redactado un proyecto de reingeniería que ha sido bien recibido por los militantes de ese partido. La gota que derramó el vaso según me comentaron miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) fueron las declaraciones de Alemán, de que había que ser pragmáticos y aceptar la presidencia de Ortega como legítima, asistir a las próximas elecciones municipales con o sin reformas electorales y proponer para su reelección a algunos candidatos a alcaldes amparados en la sentencia que se mandó a hacer Ortega.Estos dislates de Alemán dejan al descubierto algo que el pueblo nicaragüense ya sabía y es que el líder del PLC no es el hombre para enfrentar a la dictadura que nos pretende implantar Ortega, ya que además de haber sido el artífice de facilitarle el acceso al poder, sus múltiples intereses económicos y poco coraje, lo convierten en el rehén perfecto de los apetitos políticos de Ortega. El más reciente escándalo provocado por el intento de destitución al presidente del PLC de Boaco, dejó al descubierto que lo dicho por Teller es completamente cierto, independientemente de las declaraciones del señor Rosales acusando a Léster Flores, Agustín Alemán (sobrino de Arnoldo) y Samaniego de haber actuado sin autorización. Esto además de ser una canallada es una tremenda mentira, ya que los que conocen a los mencionados saben que estos son incapaces de respirar si Arnoldo así se los ordena.Según me comentaba uno de los que se opone a los intentos de Alemán, en los próximos días darán a conocer la formación de un movimiento de notables liberales, los que en conjunto con presidentes departamentales y municipales de ese partido, harán un pronunciamiento poniendo distancia de todo intento de convertir al PLC en un partido zancudo. Creo que ese intento de rescatar los valores perdidos de esa agrupación política son dignos de apoyo. Aunque si he de ser sincero, lo que más me ha llamado la atención de este movimiento es que sus miembros no descartan participar en las elecciones municipales, siempre y cuando según sus propias palabras, el Consejos Supremo Electoral haya sufrido transformaciones sustantivas que permitan que la voluntad del pueblo expresada en el voto se cuente.Creo que las circunstancias especiales que están convergiendo alrededor de esta iniciativa, están convirtiendo las posibilidades de la verdadera oposición al orteguismo en algo que podríamos denominar como la tormenta perfecta. Puesto que el informe final de la Unión Europea, la batalla que está librando la congresista Ros-Lehtinen en EE. UU. la enfermedad terminal de Chávez, el resurgir de las confiscaciones por parte del Gobierno y la disposición de lucha en favor de nuestros derechos conculcados ratificada por Eduardo Montealegre líder de la Alianza PLI, nos auguran un pronto rescate de la democracia perdida. Para finalizar deseo recomendar a ese grupo de liberales honestos que dejen a Arnoldo Alemán con sus lacayos, sus siglas y su partido, pero que se traigan con ellos esa bandera que una vez fue pura roja y sin mancha. El autor es concejal de Managua por el PLI.