QUITO/AFP
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, expresó hoy que una marcha de indígenas, que partió desde la selva de la Amazonia el pasado 8 de marzo en protesta contra su gobierno, será bienvenida en Quito el próximo jueves siempre y cuando sea pacífica.
Unos 500 indígenas, apoyados por sectores de oposición, emprendieron el 8 de marzo una marcha de 700 km desde la localidad minera de El Pangui, en la provincia amazónica de Zamora Chinchipe, hasta Quito, en protesta contra el gobierno.
La manifestación, que ha avanzado hasta la provincia andina de Tungurahua (sur, y con fuerte presencia de aborígenes), fue convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), la mayor organización de nativos y ex aliada del presidente socialista.
Respaldada por sectores de oposición como los profesores y otros movimientos sociales, los aborígenes demandan leyes sobre el manejo de agua y redistribución de tierras, así como que el Estado consulte a las comunidades indígenas sobre la explotación de petróleo y minerales en sus territorios.
“El 22 de marzo, cuando entren a Quito, esperamos en forma pacífica (darles la bienvenida), pero allí, si ellos son 500, estaremos 50.000 diciendo que la revolución ciudadana no dará un sólo paso atrás”, declaró el mandatario durante su informe semanal de labores emitido desde España.
“Estamos más decididos que nunca a cambiar el país. Esta revolución no la detiene nada ni nadie”, agregó Correa desde Murcia, donde hizo una escala tras visitar Turquía antes de reunirse con el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, el mismo sábado en Madrid.
Ante cientos de inmigrantes ecuatorianos, el gobernante -en el poder desde enero de 2007- manifestó que su país “vive una democracia vibrante. Todo el mundo tiene el derecho de manifestarse pacíficamente, marchar, protestar lo que quiera”.
“Pero nosotros, la inmensa mayoría, los que respaldamos este proceso de cambio revolucionario en Ecuador, también tenemos igual derecho de decir: ¡Apoyamos la revolución!”, señaló.
“La minería puede dar 50.000 puestos de trabajo y hay gente que se opone”, dijo el jefe de Estado, quien promueve la explotación de minerales a gran escala, y el sábado cifró en “unas cuantas decenas” a los manifestantes.
“No podemos ser mendigos sentados en un saco de oro. Es mentira que la buena minería destruye el agua, que es excluyente”, agregó Correa, quien se ha convertido en el que más ha durado en la presidencia ecuatoriana desde 1996, a partir de cuando la nación ha tenido ocho mandatarios.
La Conaie participó en el derrocamiento de los presidentes Abdalá Bucaram (1997) y Jamil Mahuad (2000). Los nativos se consideran la tercera parte de la población ecuatoriana, de 14,5 millones.