Por: Arnulfo Agüero
Como si fuese hoy, recuerda su primer relato La culpa de las rosas, publicado en su libro De bien decir y de maldecir (2001) dedicado a Elena de Kazanläck, una búlgara menopáusica, deprimente y amargada, personaje que contrasta con el festivo Festival de las Rosas y su perfumería. Ahora va por su quinto libro Sherezade, come back.
Esta es una narrativa de 55 relatos, agrupados en 11 bloques de cinco narraciones, su escenario es Managua y su histórico personaje es la bellísima e ingeniosa princesa Sherezade, quien hace el papel de comentarista, explica el artista visual y narrador de cuentos David Ocón.
“Ella es una narradora por excelencia que reciclé del libro viejo Las mil y una noches , un día rencarna y se traslada a vivir en Managua donde se encuentra con David Ocón, quien además de ser el escritor se convierte en personaje”, subraya.
La técnica de los relatos sigue un poco el mismo esquema de los cuentos interminables del texto árabe, donde abres una caja y dentro de ella hay otra, y así sucesivamente. Si bien en ellos participa él con su nombre, las historias con sus personajes engarzados son de ficción, aclara. Este texto está listo para publicarse.
2— El mundo se cambia solo, pues el cambio es inherente a todo; Bill Gates y los del Sylicon Valley lo que hacen es acelerarlos y poner a la gente a chatear en el inodoro.
3— Respeto mucho más el producto que al productor, cuando este se cree Prometeo o Quetzalcóatl no solicitado y peor aún, antena de telescopio para captar los ruidos del big bang.
4— Es grave ver para atrás, lo interesante es el proceso.
5— Creo en el juego de armar, estructurar, componer porque es un placer neuronal.
6— Los hipotéticos lectores son eso, sombras nada más, el público no tiene pies ni cabeza, no es un individuo y no tiene por qué preocuparse.
7— La perfección cierra o encierra, es un arribo, un punto de llegada, después no sirve para abrir nada.
8— De héroes y salvadores estamos hasta la madre, mejor “no me ayude compadre”.
9— “La vida es un cansancio inútil”, “la vida es el peor error del universo porque lo sabe”. (Míos).
10— El brindis , es uno de mis relatos favoritos, recíbanlo para su particular consumo, es muy auténtico, al punto de que mi hijo todavía adolescente me reclamó muy indignado que porqué le había dado a esa muchacha el oficio de puta.
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ESCRITURA DEL “PING PONG”
Sobre su escritura y arte explica: “Me veo metido en el lenguaje de la palabra e imagen, pasando a cualquier época histórica, jugando una especie de ping-pong con la realidad transformándola y buscando impacto. Eso son mis relatos, una totalidad, segmentada en trozos”
A la fecha ha publicado: De bien decir y de maldecir (2001), que recopila una serie de relatos con carácter de reseña, ensayos y comentarios de libros de arte. La feria de la carne (2003), donde aparecen relatos ambientados en el siglo I, por ejemplo el cuento de El brindis , que es la historia de una prostituta que muere en Pompeya.
Escritos abrasivos (2006), entre su índice está uno muy interesante que se llama Gritos y arrullos , donde el narrador se supone es la secretaria de Adolfo Hitler. Y la Historia de Jesucristo y sus relatos (2010), donde Jesús es un indigente que se convierte en escritor, al morir deja sus relatos, aquí también David es escritor y se mezcla en la vida de este extraño personaje.
Sin pretender inicialmente seguir el esquema de cuentos interminables de Las mil y una noches, sus cuatro anteriores libros, aunque independientes, vienen a ser parte de su estilo narrativo del relato sin fin.
En su quinto libro Sherezade, come back , Ocón quedó atrapado en la magia y el encanto de la princesa árabe que la invitó a venir a Managua y a ser junto ella, los relatores de la vida de estos últimos tiempos.
Para Ocón, su vida como escritor es de transitoriedad al compararla a un solo instante vivida como un viajero por el mundo real, de historias y ficciones; y ha significado en su escritura ver la suma de todos sus relatos reunidos en esta década, aunque cada uno mantenga su título propio.
EN PARALELO CON LAS ARTES
Arquitecto de profesión y artista visual experimental. Si bien, la mayor parte de su tiempo la ha dedicado a la escritura, todavía no ha abandonado las artes, está preparando una exposición para el mes de mayo, titulada Escenarios.
“Esta muestra es una forma de retomar la imagen de los hechos violentos que suceden en el día a día, su tratamiento es más plástico y aparecen escenarios de guerra, basureros. Su montaje es en forma de columna informativa, semejando el espacio de diagramación vertical que usan los medios impresos”.
También hará un montaje durante la exhibición tirando periódicos a los espectadores, simulando el tiraje y la circulación de los periódicos en el entorno nacional. Después los recogerá y colgará como una acción artística aludiendo a la transformación.
Su arte, desde los años ochenta, se ha caracterizado por la innovación, los replanteamientos estéticos y el cuestionamiento sociopolítico, así por una alta dosis de ironía. Sus recientes búsquedas continúan en esta corriente, pero dirigida hacia los medios de comunicación y sus contenidos noticiosos destacados en la nota roja.
EL POSTRE DE SOR JUANA
¿Qué haces cuando no pintas o escribes? “Me encanta la cocina. Incluso en el nuevo libro que pienso publicar tengo tres recetas de cocina muy interesante. Son recetas-relatos y la cocina me ha dado pautas para hablar de la gastronomía y su entorno urbano e histórico.
Hablo de Sor Juana Inés de la Cruz, que la gente conoce como poeta, y como una excelente cocinera de postres. Es algo simpática la situación (sonríe con sarcasmo).
En mis relatos también hay papas al horno, dulces y chicharrones en salsa, y hablo de la época colonial, donde por igual había especies y pimientas, el monopolio del óleo y las olivas, en estas recetas no faltan las críticas sociales.
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