Por: Wilder Pérez R. y José Denis Cruz
Al contrario las autoridades de Puerto Sandino anunciaron a los pobladores que la playa estaba totalmente limpia. “Desde el miércoles la Alcaldía anunció que ya se podían bañar en la playa, porque ya no se corría peligro”, contó Patricia Sandoval, comerciante de la localidad.
Lorena Herrera es originaria de Jinotega y llegó a Playa Azul para disfrutar de la Semana Santa, sabiendo que unas manchas negras cobijaron las aguas del balneario desde el martes pasado.
“He visto algunas manchas de petróleo, pero se las llevan las olas. Vienen y se van”, explicó Herrera.
Los técnicos de Puma Energy se mostraron renuentes a explicar las obras que realizan en la playa, sin embargo algunos pobladores, que han hablado con ellos, sostuvieron que las barreras flotantes serán quitadas mañana, pues la playa ya ha sido saneada en su totalidad.
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El probable mayor derrame de petróleo en la historia de las costas nicaragüenses lleva siete días con más misterios que certezas.
Hasta ayer todo lo que se sabía es que estaba prohibido bañarse en Playa Azul, sitio donde ocurrió el accidente, según dijo Roberto Araquistain, vice del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), durante una conferencia de prensa la semana pasada.
Las dudas saltaron casi de inmediato, pues los medios oficialistas atribuyeron la culpa a la petrolera Puma Energy, nueva en Nicaragua.
No obstante, la petrolera, de origen holandés, desmintió la información. “Puma Energy no estuvo involucrada con la raíz del incidente”, aclaró, señalando además que el origen fue “atribuido a una tubería rota y en desuso en la planta de Geosa (compañía energética) en Puerto Sandino, adyacente a la planta de Puma Energy”.
La petrolera informó que, aún así, colaboró con la situación de emergencia.
Esto le llamó la atención al experto en temas ambientales Felipe Ortiz, pues recordó que, según la legislación nacional, no es el Marena ni una empresa la que debe liderar casos como estos, sino una comisión estatal encabezada por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE) y que la información debe ser pública, por tratarse de una situación de riesgo.
Todo lo que dio a conocer el Marena fue el sitio del derrame y el éxito al contenerlo.
Extraoficialmente se conoció que el tubo vertió casi 48 barriles de petróleo, el equivalente a dos días y medio de consumo en Nicaragua.
Otro misterio es que, si el derrame se dio en tierra, cómo llegó tanto petróleo al mar.
Según el ambientalista Kamilo Lara, las obras no terminan con la contención del petróleo, ni siquiera con la remediación.
A su juicio, después de remover la tierra contaminada y los recursos naturales afectados, como el agua, rocas y flora, debe haber un monitoreo constante que incluya la perforación de pozos, para saber si realmente la zona fue recuperada.
Playa Azul es la más cercana a Puerto Sandino, donde descarga toda la actividad petrolera.
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