Por: Wilder Pérez R.
En junio de 2011 tres árboles de madera preciosa cedieron al tiempo y cayeron en una finca de Diriomo, Granada. Su dueño pensó en aprovechar la madera y, respetuoso de las leyes, pidió permiso para aserrarlas. Ahí empezó su pesadilla.
- Mario Morales apeló la decisión del Inafor de Granada, pues habría violado su propio dictamen para perjudicarlo. Pero la apelación lleva varios meses sin respuesta.
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Casi un año después, no tiene su madera, ni su casa soñada y hasta pudo ir preso.
Mario Morales denunció que el año pasado pidió permiso a una comisión institucional liderada por el Instituto Nacional Forestal (Inafor) de Granada, para aserrar la madera y construir una casa de campo. Se lo aprobaron.
No obstante, la inoperancia del Inafor hizo que pasara el tiempo sin que le extendieran el permiso oficial a Morales, quien adelantó con la Policía el permiso del traslado. Al llegar al aserrío, el Inafor confiscó la madera con diligencia.
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