Ana Aranda Menéndez
Érase una vez una princesa que no necesitaba que un príncipe azul la salvara, o de ricos herederos a los que las damiselas dejaban tirados para vivir felices para siempre con ogros o, incluso, solteras. El cine rescribe los cuentos de hadas, utiliza personajes reales, trastoca los roles y se aleja de la versión edulcorada que Disney ofreció de las —en su mayoría— siniestras y oscuras, historias escritas por Charles Perrault, Andersen o los hermanos Grimm.
BLANCANIEVES SALVA AL PRÍNCIPE
Y la próxima ronda de fábulas viene encabezada por Blancanieves, que protagoniza este año dos revisitaciones de su historia en las que es ella la que blande la espada y el príncipe encantador es una mera comparsa.
La primera en estrenarse es la colorista Mirror, mirror protagonizada por Lilly Collins y Julia Roberts, en el papel de mala de la historia, mientras que en una versión más lúgubre tendrá a la “crepuscular” Kristen Stewart como princesa guerrera al frente de un ejército de enanitos con nombres de emperadores romanos.
Aunque no es la primera vez que la princesa de la manzana roja cambia su historia. En Sydney White , la princesa (Amanda Bynes) se convertía en una universitaria cuya antagonista es la malvada presidente de una hermandad y sus pequeños amigos, siete “nerds”.
En la versión protagonizada por Amanda Seyfried, Caperucita estaba más interesada por los hombres que en llegar a casa de su abuelita, mientras que Reese Witherspoon se vistió de rojo en Freeway para interpretar a una adolescente proveniente de una familia disfuncional que termina en la cárcel por enfrentarse al lobo.
Aunque la más perturbadora es la indie Hard Candy en la que la niña se toma la justicia por su mano y se enfrenta a un “lobo” pederasta.
[/doap_box]
[imported_image_111127]
PRINCESAS DESENCANTADAS
Entre adolescentes modernos también se ha movido una Cenicienta encarnada por una Hillary Duff que mantenía la idealizada historia, pero la actualizaba hasta el punto de que encontraba a su príncipe a través de internet.
Mientras que la Vivian, de Pretty Woman, no deja de ser la misma historia cambiando el zapato de cristal por las botas de caña alta y la inocencia por una esquina de Hollywood. Un personaje que en la visión medieval de Ever after discutía de tú a tú con Leonardo da Vinci y no necesitaba de ningún hada madrina para llegar al baile.
Sin un referente concreto, pero con mucho sentido del humor, Disney supo reírse de sus propias historias soltando en medio de Nueva York a una de sus anacrónicas princesas en Enchanted , en la que la encantadora Giselle descubría que siendo de carne y hueso y sin canciones ni tanto tul en los vestidos, se vive mejor.
También Peter Pan escogió el mundo real y creció, renunciando al síndrome al que da nombre, en Hook .
Otra que se reía de los tópicos de los cuentos mezclándolo con canciones pop era Ella Enchanted , con una Anne Hathaway que ya había llevado corona de The princess diaries .
Aunque Shrek , sin duda, marca un punto de inflexión ya que es capaz de vencer a los cuentos en su mismo territorio: el de los dibujos.
Sin embargo, todas las que escogen la comedia beben de referentes anteriores como la serie Fractured Fairy Tales que se emitía en el programa de Rocky y Bullwinkle a finales de los sesenta o la película The Princess Bride (1987), cuyos diálogos se convirtieron en un mito de la cultura popular: ¿quién no recuerda la letanía que Íñigo Montoya repetía ante el asesino de su padre o al cura que celebraba matrimonios con una curiosa pronunciación?
CUENTOS CATÓDICOS
Aunque el recorrido más completo a través de todas las leyendas se puede realizar por televisión a través de series como Once upon a time o Grimm , con temporadas de más de 20 capítulos cada una, y en las que princesas y lobos, entre otros muchos personajes, rompen con todos los moldes.
Entre las muchas páginas que están aún por filmarse, los hermanos de la casita de chocolate escogerán afrontar sus traumas infantiles cazando brujas 15 años después de haber acabado con la primera en la cinta Hansel and Gretel: Witch hunters .
Además, Angelina Jolie protagonizará Maleficent , dando pie a no pocos chistes por parte de los seguidores de Jennifer Aniston, y haciéndole la vida imposible a una Aurora que posiblemente encarne Elle Fanning.
Mientras que la historia de La Bella y la Bestia podría aparecer en televisión por partida doble si las cadenas ABC y The CW aceptan los proyectos que tienen sobre la mesa.
Después de tanto cambio solo queda preguntarse si estas modernas leyendas comerán al final del cuento, pero seguro que no son perdices.