César Ubeda Bravo
Para el doctor Mauricio Díaz, exdiplomático nicaragüense, los presidentes se reunieron en la VI Cumbre de las Américas para discutir temas secundarios en la agenda del sistema hemisférico.
¿Por qué no abordaron el retroceso brutal a que los llamados países socialistas del siglo XXI (dieciocho) están sometiendo a sus pueblos. Al hecho de que el presidente de Nicaragua está usurpando el poder luego de haber violado la Constitución Política para reelegirse y practicar otro fraude electoral, al hecho de que nos han robado el derecho a votar para elegir libremente, al hecho que los ladrones siguen robando y no hay sanción ni castigo ni siquiera amonestación?, cuestionó Díaz.
El exdiplomático agregó que en dicha Cumbre no se abordó el tema, que ya la Carta Democrática Interamericana comparece como letra muerta.
“Pero en el colmo del cinismo la gran demanda de los nuevos tiranuelos es que Cuba participe del proceso de Cumbre de las Américas, como país ‘democrático’. Clase demagogia! Este mundo parece estar loco: ahora Cuba es un país democrático donde no hay violaciones de derechos humanos, donde no hay dueños del país, donde los cubanos viven felices y no se quieren ir a Miami ni a otro lado. Si seguimos así pronto vamos a querernos ir a vivir bajo el régimen de los Castro, tan cercano al de los Ortega-Murillo”, criticó Díaz.
Expresó que la OEA nació para contribuir al fortalecimiento de la democracia en el continente y que su Carta Democrática es para garantizar que los pueblos de las Américas tengan derecho a la democracia y los gobiernos el deber de promoverla, respetarla y mantenerla.
“¿Pero qué pasa ? Estas cumbres están siendo desnaturalizadas y solo sirven para que los presidentes subalternos a Chávez la conviertan en un foro de reclamos, ahora con el argumento del retorno de Cuba, sin que ese Gobierno asuma el más mínimo compromiso de apertura democrática y de respeto a los derechos humanos”, indicó.
Reformar Carta
De acuerdo con Díaz, más de cincuenta años después de la caída de la dictadura de Batista, se percataron que el “modelo” económico les fracasó.
“Después de tantos años de restricciones y sufrimiento de un pueblo entero que no se rebeló nunca, encantado por el discurso de la promesa del paraíso socialista. Y para allí nos están llevando en Nicaragua. Si no hay un golpe de timón en la dirección de la OEA, en la creación de mecanismos que pasan por reformar la Carta Democrática Interamericana y lograr su respeto, haciendo efectivo el principio de la defensa colectiva de la democracia, veremos en el mediano plazo una organización inservible para las aspiraciones de democracia, libertad y paz de millones de latinoamericanos”, enfatizó.
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