Nicaragua no quiere nada que venga de las islas Malvinas. Nada, al menos que estas dejen de estar bajo el dominio de Gran Bretaña y regresen a ser parte de la soberanía de Argentina. Así lo estableció el Gobierno, en la resolución 003-2012 de la Dirección General de Transporte Marítimo del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI), publicada en La Gaceta, diario oficial, el martes pasado.
La resolución establece: “Disponer la no recepción en nuestros puertos nacionales y espacios acuáticos, de buques abanderados con el supuesto pabellón de las islas Malvinas. Igualmente la no tramitación de ningún de tipo documentos”.
El presidente inconstitucional Daniel Ortega ha apoyado frontalmente el reclamo de Argentina para que Gran Bretaña le devuelva el archipiélago, cuya disputa existe desde 1833 y se abordó en la reciente Cumbre de las Américas, de Cartagena de Indias, Colombia.
Ortega no asistió a la Cumbre, pero desde aquí ha apoyado el reclamo de su homóloga Cristina Fernández. Sin embargo, calló el viernes por la noche, cuando recibió las cartas credenciales del nuevo embajador británico en Nicaragua, Christopher Campbell.
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