Dicen que el buen administrador del crédito es el que lo recupera y no el que lo otorga. Ante las noticias sobre los resultados negativos del Banco Produzcamos considero necesario hacer estas reflexiones basadas en la experiencia del Crédito Rural del extinto Banco Nacional de Nicaragua (BNN).
Un banco estatal que no persigue fines de lucro, sino de desarrollo, debe actuar apegado a procedimientos fuera del manejo del crédito bancario tradicional. Juega un papel determinante la elección de funcionarios para su administración, que deben tener experiencia especialmente en los procedimientos aplicados al otorgamiento de crédito al pequeño agricultor.
Un banco del Estado que idealmente fuese creado para atender a pequeños y medianos productores, nunca debe mezclar los aspectos políticos en su promoción y ejecución de los programas. Debe tener un especial cuidado en el análisis del otorgamiento del crédito, incorporando un cuerpo de agrónomos debidamente entrenados en la administración del crédito y que con diligencia al recibir la solicitud del usuario visitar el lugar de la siembra para determinar si las condiciones del terreno son apropiadas, investigar si tiene los dos factores primordiales de trabajo y honradez.
El crédito deber ser otorgado oportuna y adecuadamente o sea que el solicitante deber tener acceso al dinero antes del período de siembra y que la cantidad sea ni más ni menos de lo que realmente necesite. El vencimiento debe ser en fecha previamente establecida, tomando en cuenta el levantamiento de la cosecha y los procesos de comercialización. En este aspecto debe incidir obligatoriamente el ente que en nuestro caso es Enabas, pues se supone que es el estabilizador del precio de compra de las cosechas con el objeto que el productor no sea explotado por los compradores nacionales y extranjeros que se enriquecen a costa del campesino.
Este banco debe tener una política obligatoria de inducir y a veces emplear la forma compulsiva para el buen uso de semillas mejoradas, fertilizantes e insecticidas. Naturalmente que las entregas del dinero deben ser efectuadas un poco antes de los procesos de preparación del terreno, siembra, obras de raleo etc., y al levantamiento de la producción. En esta nación que está llena de devotos de la cultura del no pago, y que acuden al banco estatal amparados en su militancia y simpatía política, pues es una ocasión propicia para recibir el dinero a veces en una o dos entregas y naturalmente sin una política de visitas agronómicas, para controlar los resultados de la siembra, estos pueden decir que no tuvieron cosecha y no pagan porque es un banco del Estado.
El banco debe tener agencias especialmente en aquellas zonas que son productoras de granos básicos y del manejo del ganado de engorde o lechero. Estas agencias deben ser manejadas por un agente que sea un ingeniero agrónomo o zootecnista, con un apoyo de dos o tres agrónomos, todos entrenados adecuadamente en el manejo del crédito agrícola. Cuando se otorguen créditos a intermediarios estos deben ser cooperativas que tengan la experiencia, la infraestructura para manejar el crédito, pues no persiguen el lucro como otras intermediarias que sí lo persiguen.
El autor es cooperativista, fue funcionario del BNN.
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