Por Fátima Arellano
Fotos: Alfredo Zúniga
Con tan solo 27 años de edad (recién cumplidos el 18 de abril), Eveling se estrena como directora de la telerevista Esta Mañana, un reto al cual no le temió y es así como desde hace cuatro meses está al frente de este proyecto que surgió prácticamente desde cero.
Pero no crean que su actual cargo es su único éxito. ¡No! También posee dos maestrías estudiadas en España, muchos diplomados y postgrados, así como una enriquecedora trayectoria profesional en distintas áreas de su carrera.
Tampoco crean que ha sido fácil. Ella ha tenido que vencer muchos temores, como su tartamudez y, lo más importante, aceptarse tal como es y sentirse orgullosa de sus rasgos caribeños.
“Es la primera vez que dirijo un equipo grande, que incluye camarógrafos, técnicos de control y presentadores. Estoy contenta porque ellos han captado la visión y misión que tenemos con el programa. Yo creo que no existen obstáculos en la vida, que las cosas por muy difíciles que parezcan, dependen mucho de la actitud. Lidiar con un equipo no es fácil, pero sí se puede”, afirma Eveling.
Pese a la incertidumbre que sintió, ella no se dejó derrumbar. Tuvo sentimientos encontrados, experimentó el nerviosismo, pero a la vez la emoción que produce emprender un nuevo proyecto.
“El fracaso no es una opción para mí. Con la misma incertidumbre que inicié este proyecto, me he ido dos veces de Nicaragua. Al principio me costó, pero siempre he dicho que una meta se hace realidad con mucha disciplina, la cual siempre he tenido con todos mis proyectos”.
El programa que actualmente dirige antes era pregrabado y duraba una hora. Ahora, se presenta en vivo, con nuevos rostros, temas y dinámicas y por dos horas, de 8:00 a 10:00 de la mañana.
“Hemos crecido en equipo técnico y humano. Nos evaluamos todos los viernes. Nos reunimos para saber cuáles fueron nuestras debilidades y cómo hacer para mejorar y fortalecer lo positivo que tenemos. La clave del éxito está en hablar con la verdad, con el objetivo de crecer. Un equipo, para mejorar, siempre tiene que hablar de frente y sin engaño alguno, pues un rostro sin cerebro no es nada”.
Eveling está trabajando arduamente para que Esta Mañana sea elaborado con mucho profesionalismo y para que el público confíe en el equipo que lo hace realidad. “Queremos ser gente cercana. Mi visión es el de una revista que irá creciendo en duración y en teleaudiencia. Pero la miro también como una revista con una imagen distinta, colorida, totalmente independiente y dinámica”.
SIN TEMOR A HABLAR
La tartamudez, de la cual se avergonzaba cada vez que tenía que leer frente a sus compañeros de colegio, la empujó a que optara por la carrera de Comunicación Social en la UCA. Se enamoró de la manera más rara, asegura, y no se arrepiente.
“Un día dije: ¡Hasta aquí! ¡Nadie más se burlará de mí! Fue entonces cuando decidí estudiar una carrera que combatiera mi mayor temor: hablar en público. Empecé a involucrarme en todo tipo de actividades, como debates y concursos. Practicaba en mi casa y leía en voz alta para modular bien mis palabras. El mayor obstáculo que tuve fui yo, pero cuando decidí vencerlo, lo logré”, afirma con mucho orgullo.
Pero no solo le avergonzaba tartamudear, también andar su cabello suelto y natural, tal como la vemos en las fotografías, así de bello y sin igual.
“Ahora me río de todo lo que antes me avergonzaba. Me daba pena soltarme el cabello y lucirlo crespo. Lo andaba casi siempre liso. Me enorgullezco totalmente de mis raíces. Cuando recuerdo que lloraba por mi cabello, me río. Esta soy yo, es mi esencia. Si quiero transmitir seguridad y positivismo, primero debo aceptarme tal como soy”.
LAS COSQUILLITAS DEL CONOCIMIENTO
Dos veces Eveling ha viajado a España becada. La primera vez estudió la maestría de Marketing y Comunicación, otorgada por Fundación Bancaja. La segunda fue en Periodismo con la Fundación Carolina.
“Estando en Canal 11, ahora Vos TV Canal 14, yo sentí una cosquillita. Siempre he creído que un periodista debe tener cultura y ganas de conocer el mundo. Yo necesitaba salir de Nicaragua y apliqué a la beca de Bancaja en el 2007. Cuando pisé España, dije: ¡Madre mía, en verdad necesitaba salir de Nicaragua y darme cuenta que más allá de esta frontera hay un mundo que es totalmente distinto! Estudié en la Universidad de Valencia por 10 meses.
Cuando regresé me reincorporé al Canal, donde me dieron la dirección de un programa, para el cual también presentaba. Estuve un año, y de nuevo me dio la cosquillita, esta vez por hacer periodismo y me fui con Fundación Carolina en el 2009 e hice una pasantía en EFE por seis meses”.
A su regreso, Eveling tiene la oportunidad de trabajar para una agencia de publicidad, donde se desempeñó muy bien, hasta que recibió el llamado de trabajar en televisión.
“Pero no me quedo con eso, porque aunque tengo dos maestrías, sé que no soy perfecta y que el conocimiento se debe cultivar. Por eso, estoy estudiando un diplomado en producción televisiva en la UCA”, admite con humildad.
QUERIENDO AMAR… EL MUNDO
Esta morenaza está soltera, no tiene hijos ni está en planes. Confiesa que solo una vez ha intentado amar. Ha querido, pero no ha amado como tal. Es por falta de tiempo, asegura, y porque en estos momentos está concentrada en su trabajo y en su anhelo de seguir recorriendo el mundo.
“Reconozco que casi no tengo vida personal. Mis amigos se quejan porque me pierdo. No es que no los quiera, es que mi mente pasa ocupada en mi trabajo. Por eso también estoy soltera, y he estado así la mayoría del tiempo. He querido amar, pero sé que todavía no he amado. No creo en el amor a primera vista. Creo que el amor se va alimentando con el tiempo. Solo una vez he querido tanto a alguien que me dolió dejarlo, y fue en España, uno de esos amores frustrados, la relación más importante que he tenido”.
Sin duda alguna, Eveling no es una mujer convencional, que sueña con casarse y tener muchos hijos, aunque tampoco lo descarta, ya que para ella, la familia como núcleo es muy importante.
“Me miro nuevamente fuera del país. Me veo como una mujer de mundo, porque quiero conocerlo para que nadie me cuente cuentos, así como conocí el Sahara. Estuve en Marruecos, que es como la puerta de África. Es un país de olores y sabores extraños. Vi un mar de arena sobre un camello y con poco presupuesto. Esas son las experiencias que me encantan vivir, las que no tienen precio”.
No todo es trabajo para Eveling. Aunque no cuente con mucho tiempo para realizar sus hobbies, cada vez que puede disfruta de su otra pasión: el séptimo arte.
“Me gusta sentarme y ver una buena película. Entre mis favoritas están La lista de Schindler y The Notebook. También me gusta escribir las cosas que me pasan, y me gustaría tener más tiempo para hacer todo lo que deseo”.
Tras superar muchos temores de niña, hoy la mujer que recién celebró su cumpleaños rodeada de mucho cariño ya no le teme a nada. Es toda una profesional que se declara feliz por todas las oportunidades que ha tenido y porque ha contado con el mejor apoyo, el de Dios. ¿Lo único que le hace falta? “Tener a mi familia unida, que mi padre regrese y pueda decir: trabajo culminado con mi hija”.
