Carla Fjeld
Phd en Nutrición Humana
En la clase de cocina de esta semana, como alternativa a la crema agria, puse yogur en una receta y leche agria en la otra. Las estudiantes me preguntaron sobre la diferencia entre ellas. Contesté lo mejor que pude, pero me puse a leer y les cuento que me sorprendí.
El sabor de la crema agria es indudablemente rico. La acidez es suave y es causada por la adición de bacterias “amables” que provocan la fermentación y se espesa la crema, pero contiene 15-20 por ciento de grasa, 18 gramos de grasa saturada, y 208 kcal/100 gramos, lo cual es mala noticia para la gente que está cuidando su peso.
Las cremas agrias comerciales “lite” contienen gelatina, enzimas, agentes de sabor, preservantes. Las alternativas son yogur y leche agria. El yogur resulta de la fermentación de leche también con lactobacillus y es un alimento que se ha producido por lo menos 4,500 años. El yogur es altamente nutritivo, ya que es rico en proteínas, calcio, riboflavina B6, vitamina A y vitamina B12. También se puede potenciar la respuesta inmunológica.
El yogur tiene más grasa y proteína en el 3.3 gm 3.5 gm, respectivamente, en comparación con la leche agria de 0.9 gm y 3.3 gm. No obstante, su contenido de carbohidratos es casi la misma. Su contenido de calcio es también casi a la par con la otra.
El tema de yogur de leche con 0 por ciento grasa será un próximo tema.
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