Por: Arlen Cerda y Ramón H. Potosme
La oposición se alista “por si acaso” para las elecciones municipales previstas para el próximo 4 de noviembre. Estructuras, candidatos y hasta fiscales figuran en sus planes de los próximos cinco meses, aunque cada uno de los partidos políticos se ha encargado de mantener abierta la posibilidad de retirarse en caso de que las garantías necesarias para un proceso electoral limpio y transparente no se presenten.
Según el Arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, este tema es importante para la Iglesia católica porque tienen fieles de distintos partidos políticos.
Brenes dijo que si los ciudadanos deciden votar o no es su decisión y aseguró que ellos no orientarán hacia una tendencia partidaria, porque los obispos hablan como pastores y no como políticos.
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¿Pero hasta cuándo van a esperar y cuáles son las señales que tomarán en cuenta? Según los principales organismos de la sociedad civil, ya comienza a ser tarde para esperar por esas condiciones, pues los plazos del calendario electoral se van cumpliendo y el tiempo se agota mientras el Gobierno no da una mínima muestra de cambios reales en el sistema electoral.
La renovación total de las estructuras electorales, la obligatoriedad de la observación electoral nacional e internacional independiente y la publicación completa de los resultados electorales mesa por mesa de votación fueron los reclamos inmediatos a los fraudes denunciados en las últimas elecciones municipales y presidenciales, pero en el actual proceso que está en marcha nada de eso fue corregido.
VOCES ENCONTRADAS
Por el contrario, la Unión Ciudadana por la Democracia (UCD) reclama que los cambios que hasta ahora ha promovido el ejecutivo, con la gestión expedita y el voto favorable de su mayoría de 63 diputados en la Asamblea Nacional son para garantizar un mayor control del partido de gobierno y reducir los últimos espacios disponibles de participación ciudadana.
El calendario electoral, según la misma Alianza Partido Liberal Independiente y el Partido Liberal Constitucionalista, se encarga de que las estructuras electorales sean integradas antes de las alianzas políticas, garantizando así mayores espacios al Frente Sandinista.
“Las condiciones necesarias para unas elecciones libres y transparentes no existen en este momento y no se debe participar en esas elecciones si esas condiciones no son garantizadas en el proceso”, asegura Julio Icaza Gallard, de la UCD, un organismo que reúne a líderes de las principales organizaciones cívicas, y que califican la participación de la oposición en las elecciones como un suicidio político.
Desde la otra plataforma, los partidos políticos liberales que aspiran a derrotar al FSLN en las municipales responden que están conscientes del peligro, pero creen que también sería un suicidio negarse al proceso y exigen una “alternativa realista” a la UCD. Y, mientras el tiempo se agota, el debate parece reducirse a cómo morir.
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