Wendy Álvarez Hidalgo
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Nicaragua invierte cada año unos nueve millones de dólares en importaciones de hortalizas. Un gasto que a criterio de los productores es innecesario, pues el país tiene suficientes áreas para cultivar el volumen de hortalizas que se consume anualmente.
Pero reducir la dependencia no es sencillo. El país requiere de un plan nacional que incluya estrategias para potenciar la producción de al menos 12,000 campesinos, que se dedican a cultivar hortalizas.
“Nicaragua importa el 60 por ciento del volumen que consumimos de hortalizas, como cebolla, zanahoria, brócoli, espárragos, apios”, afirma Álvaro Travers, presidente de la nueva Comisión de Hortalizas de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN).
El líder gremial explica que el plan debe incluir estrategias para reducir los riesgos que implican las afectaciones climáticas, las plagas y el entorno ambiental; así como el financiamiento y asistencia técnica.
Pracedes Valverde, secretario de la comisión, apunta que el país también tiene la oportunidad de producir hortalizas para exportar. Y bajo esa visión es que se reunirán el 10 de julio en Matagalpa, para discutir políticas dirigidas a fomentar al sector.
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